En 1991 se estrenó en los cines de todo el mundo "Terminator 2: El Juicio Final” ("Terminator 2: Judgment Day”), la esperada secuela con que el director, guionista y productor James Cameron continuó la historia desarrollada en su celebrada película "Terminator” ("The Terminator”, 1984), que aparte de lanzar a la fama mundial a Arnold Schwarzenegger narraba una historia única: un temible cyborg T-800 (una letal máquina de matar de apariencia humana, un conjunto de tejido, cabello y carne puesto sobre un endoesqueleto de metal) era enviado desde el futuro a la ciudad de Los Ángeles para aniquilar a Sarah Connor, la futura madre de John Connor, líder de la resistencia humana contra las máquinas, las mismas que se alzaban con todo el poder después de provocar un holocausto nuclear.
El mismo John Connor, sabiendo que Skynet (la supercomputadora de Defensa que había provocado el fuego atómico después de tomar conciencia de su propia existencia), había enviado a un cyborg para matar a su madre, y de ese modo evitar su propia existencia, decidía enviar a través del tiempo a Kyle Reese, un valeroso soldado de la resistencia (y quien se convertiría en su propio padre), para protegerla.
En una jugada maestra propia de su talento, James Cameron para "Terminator 2” concibió una historia igualmente inspirada. Las máquinas lideradas por Skynet, tras su intento fallido de asesinar a Sarah Connor, 10 años después de los sucesos narrados en "Terminator” enviaban al pasado al avanzado T-1000, un prototipo de metal líquido que era capaz de transformarse en cualquier persona (una aleación polimimética), para que asesinara al adolescente John Connor. Sin embargo, la Resistencia humana contra las máquinas lograba capturar y reprogramar a un cyborg T-800 (interpretado de nuevo por Arnold Schwarzenegger) para enviarlo al pasado y proteger así al joven John Connor.
"Terminator 2: El Juicio Final” tuvo un costo de 100 millones de dólares, que se invirtió sobre todo en los visionarios efectos especiales de las escenas donde aparecía el temible T-1000, pero después de su estreno se convirtió en un suceso mundial. No sólo recaudó más de 520 millones de dólares, convirtiéndose en la segunda película más taquillera de la historia en su momento (siendo sólo superada por E.T. El Extraterrestre”), sino que además se llevó cuatro premios Oscar (mejores efectos visuales, mejor sonido, mejor maquillaje y mejor edición de sonido), siendo considerada en la actualidad, según el ranking de la AFI’s Top 10, una de las 10 mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos.
La película, que popularizó en 1991 el famoso dicho "Hasta la vista, Baby” pronunciado por el cyborg interpretado por Arnold Schwarzenegger (que en la película establece una relación casi paternal con el adolescente John Connor), además de consagrar al mismo Schwarzenegger en el mejor papel de su carrera, lanzó a la fama al joven actor Edward Furlong, quien interpretaba al joven John Connor y, especialmente, a Robert Patrick, el actor encargado de personificar al letal T-1000.
Por lo demás, varios de los personajes que aparecieron en la primera película repitieron de nuevo sus roles en la secuela de la misma, como fue el caso de Sarah Connor, el incrédulo doctor Peter Silberman (el personaje que dirige el centro psiquiátrico Pescadero donde permanece recluida Sarah Connor) e incluso el mismo Kyle Reese, quien pese a morir en la primera película de la saga, aparecía en una escena eliminada de "Terminator 2″: Durante su estadía en ese recinto, poco antes de enterarse de la llegada del T-800, Sarah Connor ve en un sueño a Kyle Reese, padre de John, quien le encomienda que haga lo necesario para estar con su hijo y lo proteja, ya que se avecinan eventos catastróficos en los que necesitará estar a su lado. Esta escena, como se mencionó anteriormente, fue eliminada del montaje definitivo de la película, aunque ahora puede verse en la edición definitiva de "Terminator 2″ en DVD y Blu- Ray.
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