La película narra la inspiradora historia de una animosa y valerosa jovencita llamada Liesel, que transforma las vidas de todas las personas de su entorno cuando la envían a vivir con una familia de acogida en la Alemania de la II Guerra Mundial.
Para Liesel, el poder de las palabras y de la imaginación se convierte en una forma de escapar –e incluso de encontrar placer– de los tumultuosos eventos que la rodean, tanto a ella como a toda la gente que conoce y quiere. Liesel es el alma y el corazón de Ladrona de libros.
De hecho, el alma y el corazón –así como la sensación de triunfo y la perseverancia– constituyen el verdadero motor del filme, que está repleto de temas y personajes que emocionarán a espectadores de todas las generaciones. Conmovedor y emotivo retrato de la capacidad de resistencia del espíritu humano, este vitalista relato muestra el contraste entre la inocencia (personificada por Liesel) y la omnipresente tiranía que caracterizaba a la época y al país natal de la protagonista.
INICIOS DE LA PRODUCCIÓN
La historia y sus personajes son producto de la imaginación del escritor Markus Zusak, cuya novela La ladrona de libros fue publicada en su país, Australia, en el año 2005, y en el resto del mundo en 2006. La novela ha vendido ocho millones de ejemplares en todo el mundo, se mantuvo en la lista de superventas del New York Times durante casi siete años y ha sido traducida a más de 30 idiomas. Además, La ladrona de libros ha ganado más de una docena de premios literarios, ha sido el libro más vendido en Amazon.com y ha sido reconocido como mejor libro del año en numerosas listas.
La adaptación cinematográfica del libro de Zusak que ha realizado el director Brian Percival cuenta la historia de Liesel (Sophie Nélisse), una adolescente que es enviada a vivir con una familia de acogida, la conformada por el bondadoso Hans Hubermann (Geoffrey Rush) y su puntillosa esposa Rosa (Emily Watson). Sin reponerse aún de la trágica muerte de su hermano pequeño, acontecida apenas unos días antes, y asustada ante unos nuevos “padres” que acaba de conocer, Liesel se esfuerza por adaptarse; tanto en su nuevo hogar como en la escuela, donde sus compañeros se burlan de ella calificándola con el término alemán “dummkopf” (idiota) porque no sabe leer.
Con la determinante obsesión de una erudita en ciernes, Liesel está firmemente decidida a cambiar eso. Y Liesel obtiene ayuda. Hans, su empático “papá”, trabaja con ella noche y día en la cuidadosa lectura de su primer libro, El manual de los sepultureros, un libro que la niña sustrajo del funeral de su hermano; un hurto que llevó a cabo de forma impulsiva y que tendrá profundas consecuencias para nuestra joven heroína.
El amor por la lectura y el creciente aprecio por su nueva familia se intensifican en Liesel cuando se hace amiga de un nuevo huésped de los Hubermann, un refugiado judío llamado Max (Ben Schnetzer), que comparte su pasión por los libros y que la anima a desarrollar sus capacidades de observación, aun cuando Max se esconde de los nazis en la oscura y gélida humedad de un sótano. Igualmente transformadora para Liesel es su floreciente amistad con su joven vecino Rudy (Nico Liersch), quien le toma el pelo por su costumbre de robar libros, a pesar de que descubre que se está enamorando de ella.
Estas nuevas amistades, junto con su exponencialmente creciente amor por los libros, le suministran a Liesel tanto una evasión como un camino que determinará su destino. Liesel llega a comprender no sólo el poder de las palabras sino otro que está mucho más allá de ellas.
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