A dieciocho años del estreno de Día de la Independencia, su director Roland Emmerich todavía no tiene su secuela en marcha. Es una de las continuaciones más esperadas por el público y aunque el alemán ya cuenta con dos versiones del guión, no termina de darle el pistoletazo de salida. Y la culpa podría ser de su estrella original, Will Smith.
Durante la promoción del lanzamiento en DVD de su última película, Asalto al poder, el cineasta habló desde el Reino Unido. Le preguntaron si el complejo y costoso contrato de Smith podría influenciar para que prescinda de él, y su respuesta fue: “Absolutamente. Y no solo por culpa de su salario, también por su back-end”.
El back-end es una cláusula en los contratos de grandes estrellas del cine que se puso de moda durante los años 90. Esta cláusula especifica el porcentaje que recibirá el actor en base a las ganancias de taquilla, además de su salario.
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