Philomena está basada en el libro ‘The lost child of Philomena Lee’ de Martin Sixsmith, el que narra la verdadera historia de Philomena Lee y la búsqueda de su hijo por cincuenta años. A diferencia de la adaptación cinematográfica, el libro se concentra más en la vida de Michael/Anthony antes de su adopción.
SOBRE EL FILME
A su nivel más elemental, la cinta Philomena es un melodrama que nos es muy familiar en América Latina. Desde la radionovela cubana, El Derecho de Nacer (1948) hasta la telenovela mexicana Colorina (1980), varias obras se han ocupado de las madres que en su edad madura se dedican a buscar a los hijos que les fueron arrebatados en su juventud. El título de la película de Stephen Frears es incluso alusivo a la obra de teatro del italiano Eduardo de Filippo, ‘Filomena Marturano’ (1946), que la misma Judi Dench interpretó en 1998. En fin, que el tema ha sido muy socorrido en la tradición dramática latina que ha dado lugar en su mayoría a lacrimógenos melodramas de dispareja calidad. La diferencia entre esta Philomena y sus precursoras podría explicarse en la sobriedad que le infunde su carácter sajón.
UN SUEÑO AMERICANO SE VUELVE PESADILLA
Basada en la historia real de una mujer irlandesa cuyo hijo de tres años fue vendido por las monjas del convento en el que su padre la encerró al quedar embarazada, Philomena evita el sentimentalismo. El tono de la película, en todo caso, está más en sintonía con The Magdalene Sisters (dir. Peter Mullan, 2002), una cinta que mostraba el horror de estas instituciones de “caridad” irlandesas que acogían a jovencitas encintas para explotarlas con trabajo forzado y después vender sus criaturas al mejor postor. Philomena (Dench), quien ahora es una anciana viuda, vive en Londres con la hija de un posterior matrimonio.
Al cumplirse 50 años de que las monjas le arrebataron a su hijo, Philomena, no puede callar más y decide confesarle a su hija su secreto. Philomena era en los años 50 una adolescente de clase humilde en Irlanda que, al ignorar todo sobre sexualidad, fue seducida en una relación casual. Al quedar embarazada, su padre la encerró en un convento para ocultar su “condición” y su vergüenza. Como era tradicional en estas instituciones, Philomena trabajaba para pagar su estancia y los costos de su parto y después, de la manutención de su hijo. Cuando el pequeño cumplió tres años, sin consultarle, las monjas lo dieron en adopción. Al enterarse de ese pasado que le causa tanto dolor a su madre, la hija de Philomena pide ayuda a un periodista caído en desgracia para encontrar al niño arrebatado por la fuerza.
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