Los viajes del viento es una película colombiana que se estrenó ayer en dos salas de cine en La Paz, la Cinemateca y Butaca Uno del MegaCenter. La cinta cuenta una historia de enseñanza al ritmo de un acordeón ambientada en el año 1968, en la que dos personas son suficientes para enlazar una aventura en medio de paisajes del Caribe colombiano.
Caminante, no hay camino. El filme producido por Ciro Guerra, quien anteriormente presentó La sombra del caminante (2004), cuenta con las actuaciones de Marciano Martínez y Yull Núñez, quienes se encargan de transportar a los espectadores por un camino de música y enseñanza.
Es así que la historia relata cómo Ignacio Carrillo, un juglar que durante años recorrió pueblos y regiones con su acordeón, toma la decisión de hacer un último viaje, a través de toda la región norte de Colombia, para devolverle el instrumento a su anciano maestro para nunca más volverlo a tocar.
Cansado de la soledad, Ignacio acepta ser acompañado, y juntos emprenden el recorrido desde Majagual, Sucre, hasta Taroa (ciudades colombianas), más allá del Desierto de la Guajira, donde se encuentran con una enorme diversidad de culturas caribeñas y viviendo todo tipo de aventuras y encuentros con su gente.
Visión. A la interrogante que hace el portal semana.com, de si le parece que Los viajes del viento es melancólica, el director del filme responde que, “una de las cosas de la música caribeña es que es muy alegre, pero triste al mismo tiempo. El caribeño es profundamente melancólico y reflexivo, la alegría es una máscara. Yo quería ir más allá de esa mascara”, dice como complemento de un trabajo que busca ser más que una “simple postal”.
Los paisajes
El filme presentado en 2009 muestra más de 80 locaciones de cinco departamentos colombianos: las sabanas del César, la Serranía del Perijá, la Sierra Nevada, la Guajira y la Ciénaga del Magdalena, entre otros.
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