‘La Pontífice’, el cine en exhibición Ella cambió la cara de la religión

Esta es una sorprendente película del director Sönke Wortmann, ambientada en el año 814, cuenta la historia de Johanna, papel de Johanna Wokalek, una joven que estudia en la escuela catedral, lugar donde conoce al Conde Gerold, con el cual inicia una linda amistad pero que poco a poco termina siendo amor, pero Gerold es mandado a la guerra; por ello, Johanna decide unirse al Monasterio de los Benedictos, pero para ser aceptada lo hace disfrazada de hombre, haciéndose llamar a sí misma como Hermano Johannes y empieza a vivir como un exitoso y querido doctor, pero cuando su verdadera identidad está a punto de ser descubierta decide huir hacia Roma.

Por las casualidades del destino, en Roma vuelve a encontrar a Gerold, y se da cuenta que sigue enamorada de él, sin embargo ella continua ascendiendo en los cargos de la Iglesia; ella debe decidir si entregar su corazón a un hombre o a Dios, pero en ese momento el Papa Sergio muere, y ella es nombrada como sucesora, pero finalmente llega el momento en que será descubierta, y será dando a luz en frente de todo el público, por haber mantenido relaciones con él que siempre fue el amor de su vida.

DETALLES DE PRODUCCIÓN

La Pontífice, nueva versión fílmica de la leyenda, es una cinta interesante y bien contada. Aporta todo su histrionismo John Goodman como el papa Sergio y la ambientación histórica redondea un producto apreciable del cine diferente.

La pontífice ha sido una película marcada por un destino oscuro. Desde un principio enfrentó problemas por juicios, oposiciones y cambios en la adaptación del guión, basado en la novela de la estadounidense Donna Woolfolk. El rol protagónico lo iba a hacer la estrella alemana Franka Potente (Corre, Lola, Corre), pero ella desistió y por eso fue llamada Johanna Wokalek (apenas conocida por Barefoot).

La más simpática anécdota posterior a la historia de la Papisa Juana es que luego de descubrirse el engaño, el Vaticano implantó una ‘verificación de género’, para los Papas siguientes. Consistía en una silla perforada en las ‘partes nobles’, que permitía confirmar de forma absoluta el género del elegido.