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lunes, 25 de julio de 2016
Ricardo Darín, un “actor con suerte”
Cuando le preguntan por la receta de su éxito, no da rodeos. Ricardo Darín, argentino universal, apunta a la intuición y sobre todo a la suerte como las acompañantes clave de una carrera por la que la próxima semana recibirá “honrado y orgulloso” el Premio Platino de Honor del Cine Iberoamericano.
“Se siente un gran honor y es un orgullo que sobre todo colegas y gente del ambiente y el público mismo decidan distinguirte y abrazarte de esa forma”, cuenta a EFE en su Buenos Aires natal este hijo, hermano, tío y padre de actores, con más de 40 años a sus espaldas de papeles en teatro, cine y televisión.
En su tercera edición, los Premios Platino, que este año se celebrarán en Punta del Este (Uruguay) el 24 de julio, quieren reconocer el carisma, la honestidad y el talento con los que el actor ha seducido a millones de espectadores en Iberoamérica y el mundo a través de sus películas.
Sumado a este galardón, que la brasileña Sonia Braga y el español Antonio Banderas recibieron en 2014 y 2015, respectivamente, Darín está nominado al Platino a la Mejor Interpretación Masculina por su papel en “Truman” (2015), de Cesc Gay.
Cercano, afable y divertido, el intérprete asume que siempre tuvo “sensaciones encontradas” con las “premiaciones” en el cine, al considerar que son un territorio "en el que a veces ese cometen algunas injusticias”. Sin embargo, esta vez es distinto.
“Tengo conciencia y conocimiento desde el principio de la formación de toda esta 'movida' de los Platino y de la importancia que tienen para todo el mundo hispanoparlante y sé quién es la gente que está detrás de esto, que eso es algo muy importante que pocas veces se tiene en cuenta”, reconoce.
En su opinión, estos galardones, promovidos por la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda) en colaboración con la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales, son una “buena fórmula que aparece en el momento providencial” para el mundo iberoamericano.
Y es que frente a la “dimensión descomunal y presupuestaria” de industrias como la de Estados Unidos, dice que la “plataforma” de los Platino hace ocupar al cine iberoamericano un lugar que cree merece “por múltiples razones”.
“Iberoamérica está necesitando ser reconocida a nivel global porque no solo lleva adelante sus propios proyectos sino que además da ideas a otras cinematografías. La prueba más clara y contundente es la serie de remakes (adaptaciones) que se hacen en distintos idiomas de historias que no son propias”, añade.
Haber protagonizado recordados filmes como “Nueve reinas” (2000), de Fabián Bielinsky, y “Relatos salvajes” (2014), de Damián Szifron, que se coronó como la película argentina más taquillera de la historia, es solo una mínima parte de su extenso legado. Sin embargo, se dice poco amigo de hacer balances en un territorio donde la lógica “no funciona demasiado” y donde uno se maneja más con “el estómago, el corazón y el alma”.
“Y además es mirar para atrás y ya somos demasiado 'nostalgiosos' los argentinos como para además agregarle el plus de la necesidad de mirar para atrás. La melancolía teñiría toda la velada”, remarca.
“La suerte que he tenido”
Consultado por los ingredientes de su éxito, Darín, de 59 años, casado y con dos hijos, es tajante. “Creo que me he manejado con la intuición más que nada y teniendo en cuenta además que no soy una persona, un actor, un profesional, que tenga una instrucción académica como me hubiese gustado, estoy obligado a poner en primer lugar la suerte que he tenido”, reconoce.
“Tratando de ser lo más respetuoso y honesto posible debo poner en primer lugar a la suerte que tuve de encontrarme siempre con gente que tuvo buenas ideas y la voluntad de abrir sus brazos e invitarme a formar parte de sus proyectos”, remarca.
Y desde luego parte de esa fortuna llegó de la mano del cineasta argentino Juan José Campanella, bajo cuya batuta protagonizó “El mismo amor, la misma lluvia” (1999), “El hijo de la novia” (2001), “Luna de Avellaneda” (2004) y la oscarizada “El secreto de sus ojos” (2009).
“Juan José confió en mí mucho más de lo que yo confiaba en ese momento y no sé si hoy incluso. Siempre me tuvo mucha fe. Dos o tres de las cuatro historias que hicimos juntos fueron escritas pensando en mí y eso no lo hace cualquiera”, afirma.
Afortunado en el ámbito laboral y no menos en el personal.
Su hijo, el 'Chino' Darín
Padre del también actor Ricardo 'Chino' Darín, destaca que este haya hecho “su propio camino con sus propias herramientas” en un contexto en el que “es pesado tener que lidiar, arrastrar un apellido en un mismo medio”.
Por delante, Darín padre planea seguir haciendo teatro y ya tiene entre manos una película en la que encarnará a un presidente de Argentina, que versará sobre la interna del poder.
“Lo único que uno, creo yo, puede hacer, es intentar ser lo más fiel posible a sí mismo. No defraudarse", recalca, convencido de que el máximo galardón al que podría aspirar es a que solamente se le recuerde "como una buena persona”.
Parte de esa fortuna llegó de la mano del cineasta argentino Juan José Campanella, bajo cuya batuta protagonizó “El mismo amor, la misma lluvia” (1999), “El hijo de la novia” (2001), “Luna de Avellaneda” (2004) y la oscarizada “El secreto de sus ojos” (2009). “Juan José confió en mí mucho más de lo que yo confiaba en ese momento y no sé si hoy incluso. Siempre me tuvo mucha fe”, dice Ricardo Darín a EFE.
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