Woody Allen es el último nombre que se une a la cada vez más larga lista de prestigiosos realizadores de cine que se han dejado tentar y convencer por las posibilidades que les ofrece la televisión, que ha dejado de ser la hermana pequeña y se ha convertido en el reservorio del talento.
“El proyecto sin título de Woody Allen” es el nombre de la que será la primera serie del director neoyorquino para televisión, que constará de un número indeterminado de capítulos, de 30 minutos cada uno.
Un trasvase más de la gran a la pequeña pantalla, algo que se ha convertido en habitual en los últimos años pese a que hace tan solo una década era impensable, pero la evolución de las series y la libertad de creación de nuevos canales, como HBO, Showtime, Netflix, han terminado por convencer a casi todos.
Martin Scorsese, David Fincher, Steven Soderbergh, James Cameron, Michael Bay, Ridley Scott, Steven Spielberg, Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Gus Van Sant, Jane Campion, Neil Jordan o Michael Mann son algunos de los ilustres nombres del cine que han aportado su trabajo y su talento a series televisivas.
Pero, aunque hubo casos anteriores, la primera gran estrella de la dirección cinematográfica que se pasó al cine y con excelentes resultados, fue David Lynch.
Twin Peaks (1990-1991) marcó un antes y un después en la ficción televisiva, con un estilo denso, preciosista, intelectual y muy superior a todo lo que se programaba entonces. Basta recordar que el gran éxito de 1990 era “Sensación de vivir” y aún coleaban los últimos episodios de Dallas.
La llegada de los ambientes opresivos, los personajes estrafalarios y los rompecabezas imposibles creados por David Lynch y Mark Frost supusieron toda una revolución, que tendrá una segunda parte ahora que el realizador estadounidense ha anunciado que la serie regresará en 2016 con nuevos capítulos.
La gran incógnita es si esta nueva entrega resolverá las dudas que dejó la serie de culto por excelencia, como qué ocurrió con Dale Cooper, el agente al que daba vida Kyle MacLachlan, actor que ya ha confirmado su participación, así que algo se aclarará.
Y si la labor de Lynch fue un hecho más o menos aislado, con el paso de los años la situación ha cambiado radicalmente hasta la actualidad, con una interminable lista de directores que no le ven ningún problema a alternar el cine y la televisión.
Es el caso del británico Ridley Scott, que empezó su carrera en los años sesenta en la televisión y que ha vuelto de forma recurrente a este medio como productor de series como The Company, Numb3rs o The Good Wife.
Su último proyecto televisivo es The hot zone, una serie sobre el virus del ébola que producirá y que también podría dirigir.
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