Juan Carlos Valdivia participa por tercera vez en el Festival Internacional de Cine de Berlín, más conocido como la ‘Berlinale’, mostrando su trabajo y con una agenda muy apretada en el evento que reúne a importantes directores de todo el mundo y que fue inaugurado el pasado jueves.
Valdivia mostrará tres de sus últimas creaciones en Alemania; en principio se proyectará Yvy Maraey, su última producción, el 11 y 13 de febrero dentro de la selección Native Indigenous Cinema. Además, el 12 de este mes, habrá un evento en el Instituto Cervantes, organizado por la embajada de Bolivia en ese país, en el que se homenajeará a Elio Ortiz, uno de los protagonistas de Yvy Maraey, fallecido el pasado año.
Posteriormente, del 14 al 18 de febrero, en una retrospectiva de cine (Retrospektive Bolivien’15), dedicada al realizador boliviano, en la que además habrá conversatorios con él. En esta entrevista con OH!, Valdivia habla sobre su participación en la ‘Berlinale’ y la búsqueda que persigue en sus producciones.
OH!: ¿Participó antes en el Festival de Berlín?
Es la tercera vez que voy a Berlín con una película. Berlín y Sundance, son los festivales que más me han seguido la pista.
OH!: ¿Yvy Maraey tiene una carga muy personal para usted?, ¿Por qué decidió "exponerse"?
Sí, desde Zona Sur comencé a hacer un cine más personal. Yvy Maraey lo es más aún. El arte tiene que ver con exponer y exponerse y desde Zona Sur he decidido hacer arte a través del cine.
Yvy Maraey fue una odisea llena de dificultades y pérdidas. La muere de Elio fue muy dolorosa porque era un hombre en la cumbre de sus capacidades artísticas e intelectuales. Un gran descubrimiento para Bolivia, una manera única de ver el mundo y nuestra realidad. Es un creador extraordinario. Con un rango de acción muy grande, combina claridad sobre su rol como indígena y una visión muy particular de la Bolivia que estamos construyendo.
OH!: ¿Cómo será el homenaje a Elio Ortiz?
Vamos a leer algunos textos de su pensamiento y su obra inédita.
OH!: No haber quedado entre los nominados a los Premios Goya, ¿significa algo para su trabajo?
Por supuesto que no. El Goya y el Óscar premian por lo general películas comerciales o que han tenido una aceptación masiva, sin quitarle por supuesto el mérito artístico.
Yvy Maraey es una película radical. No es de fácil lectura y nos habla de un tema no fácil de digerir para los europeos o anglo parlantes. Es una película que cuestiona el colonialismo y el exotismo desde adentro. Es una autocrítica y como Zona Sur, una especie de mea culpa. Creo que en muchos temas en Bolivia, estamos a la vanguardia y nuestro público es mucho más receptivo a estas lecturas, porque vivimos en una sociedad muy compleja.
OH!: ¿Por qué mea culpa?
Mea culpa implica una admisión de mis defectos como 'karai'. Es decir, como hombre blanco y la voluntad de compensar por ellos. Mi personaje en Yvy Maraey no es colonialista pero porta el espíritu colonial. Es una película 'jodida'.
OH!: ¿La película fue recibida como esperaba en Bolivia?
La crítica la recibió de manera estupenda. Al público le gusta cuando finalmente la ve, el problema es que entre a la sala, eso no es fácil en el clima actual.
El público quiere entretenimiento fácil o por lo menos cree que quiere eso. Cuesta trabajo con propuestas más desafiantes.
Imagino que está al tanto de lo ocurrido en el Megacenter de la zona Sur de La Paz, ¿Qué piensa al respecto?
Mucha gente decía de Zona Sur (2009), “pero si nosotros no somos así, ¡barbaridad!”.
OH!: ¿Qué películas que haya visto últimamente, recomienda ver?
Me gustó mucho ‘Boyhood’, es una muestra de lo que está haciendo el buen cine contemporáneo, que utiliza híbridos entre el documental y la ficción.
También me gusta mucho el cine del director turco Nuri Bilge Ceylán, su más reciente es ‘Sueño de Invierno’. La más reciente de Jim Jarmusch, ‘Only Lovers Left Alive’, es un gran aporte al cine de vampiros. Y bueno, hay muchas. Los cinéfilos tienen que buscar las películas. Si esperas a que vengan a ti, tendrás una alimentación cinematográfica tan satisfactoria como la comida rápida.
Perfil
Juan Carlos Valdivia
Nació en La Paz y estudió cine en Columbia College, Chicago; posteriormente trabajó en México, donde consolidó su carrera cinematográfica. Su ópera prima, Jonás y la ballena rosada (1996), coproducción boliviano-mexicana, fue una de las más taquilleras de las que se estrenaron por esa época.
En 2005 estrenó "American visa", en la que actuaron los mexicanos Demian Bichir y Kate del Castillo.
En 2008 se estrenó "el último evangelio", otra de sus películas, dirigida en México sobre un guión de Alejandro Orozco y Agustín Pérez Santiago. El filme narra la historia de un profeta moderno que se une a la guerrilla para luego salir a cuestionar la corrupción y la falta de fe dentro de la iglesia.
El año 2009 estrenó "Zona sur", el retrato de una familia que vive en una de las zonas residenciales de la ciudad de La Paz, en una época de cambios la familia se ve enfrentada a la realidad de dos mundos, dos culturas, que conviven tratando de entenderse y que al mismo tiempo se complementan formando una pompa frágil y traslucida, que refleja algunos de los muchos colores y facetas del nuevo estado pluricultural.
"Zona sur", ganó dos premios en el Festival de Cine Sundance 2010. Premio al mejor guión (World Cinema Screenwriting Award) y mejor dirección (World Cinema Directing Award: Dramatic). En Mexico ese mismo año, en el Festival de Guadalajara, ganó tres premios; Premio Especial del Jurado, Mejor actor y Mejor guión. También el 2010 ganó el premio del jurado del XIX Festival de Biarritz en Francia.
El 2010 fue productor junto a Alba Balderrama de "Los viejos", film dirigido por Martín Boulocq.
El 16 de julio de 2011, el Concejo Municipal de la Paz, le condecoró con la medalla “Prócer Pedro Domingo Murillo en el Grado de Palmas de Oro” por su brillante trayectoria cinematográfica. En 2013 estrenó su más reciente producción “Yvy Maraey, tierra sin mal”.
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