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domingo, 8 de febrero de 2015
Vista previa: el cine boliviano que se viene
La tercera versión de Vista Previa, muestra que tiene por objetivo exhibir adelantos de producciones aún no finalizadas y cortometrajes de realizadores bolivianos, tuvo este año tres días. En la primera jornada se exhibieron cinco cortos de Una guerra de película, iniciativa de la productora Imago con el Gobierno Municipal de Cochabamba para la producción de cortometrajes sobre la Guerra del Chaco. La segunda jornada tuvo dos momentos: en el primero se mostraron avances de largometrajes presentados por sus realizadores —Emiliano Longo, Geraldine Ovando, Juan Álvarez, Luis Velasco y Diego Revollo— que intercambiaron criterios con la audiencia. Después se exhibió El Corral y el viento, documental de Miguel Hilari que ha estado participando y ganando premios en festivales internacionales desde el año pasado. Se invitó al director para que pueda conversar con la audiencia sobre el proceso de rodaje de una ópera prima.
El tercer y último día estuvo consagrado a la exhibición de varios cortometrajes: Cuarto oscuro, de Felipe Quiroga, primer premio Eduardo Abaroa 2014; Esperanza de Manix Villegas, corto triunfador en el Fenavid 2014; los trabajos de Lucas Astro; Mañana lo arreglo, lo juro, trabajo de animación que ganó el premio principal en el concurso de video Amalia de Gallardo del municipio de La Paz, y Volveré por ti, una animación anterior. En calidad de estreno se contó con la presencia de las últimas piezas de Kiro Russo, La bestia y Nueva vida; Árbol de limón, de Denisse Arancibia; Despedida, de Pablo Paniagua; y Volivia, de Sergio Pinedo.
Es con la interacción con los realizadores que los espectadores descubrieron y resignificaron las imágenes con sus creadores, propiciando un clima familiar e íntimo de discusión. Las piezas exhibidas respondieron a condiciones de producción similares, cuyos resultados sorprendieron a los espectadores, entre registros diarios, búsqueda de la memoria, investigaciones estrictamente visuales, diarios de viaje e incluso experimentos digitales. Estas tres jornadas de imágenes por venir permiten confirmar el incremento creativo y de calidad en cortometrajes y germinar expectativas en torno a los largometrajes desatendidos por la prensa de espectáculos.
Pistas
Largometrajes
Los hijos del fin del mundo, de Geraldine Ovando y Emiliano Longo (foto), ofreció una primera vista. El tema: una excursión medioambientalista por el mundo como excusa para la exploración sentimental. Viaje y geografía también condicionan la naturaleza humana en Saldo, Cambas y collas, espejos del viento, de Juan Álvarez. Luis Velasco en The Monk, retrata el esfuerzo físico y psicológico de un ciclista. Diego Revollo, con El sol, la piedra y el agua, explora las relaciones entre memoria, presente y representación.
Casa Espejo
Con esta actividad, Casa Espejo —ubicada en la avenida 20 de Octubre 2659-A, entre Campos y Pinilla, en Sopocachi— se ha posicionado como el único espacio de exhibición de cortometrajes, en tanto archivo y repositorio de materiales recolectados en tres años de vida. Con esta actividad, el espacio funge como vitrina de imágenes cinematográficas del cine que se viene, además de confirmar la vocación de este espacio en la exhibición de la cinematografía más arriesgada y radical de Bolivia.
Sábados de cine boliviano
El galardonado documental El corral y el viento (2014), de Miguel Hilari, estará en Casa Espejo todos los sábados de febrero, como la primera película del primer ciclo del programa anual de Sábados de Cine Boliviano. Para marzo se prevé el estreno de Eco de humo, de Juan Álvarez-Durán; en abril se programará Verse, de Alejandro Pereyra; en mayo se mostrará una selección de cortos; y en junio se exhibirá el programa Bolivia Radical, rumbo a la segunda versión del Festival de Cine Radical.
Etiquetas:
Cine Boliviano
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