Juan Carlos Valdivia. El cineasta boliviano presentó Yvy Maraey en la Berlinale, en la sección de cine nativo. El filme tuvo una excelente crítica y salas llenas. También se realizó una retrospectiva de su trabajo en dos ciudades alemanas. Valdivia además será el director del TalentDoc de esta gestión, organizado por el Goethe Institut. La institución brindó al cineasta un acercamiento a la industria del cine alemán y reuniones con altos funcionarios a través de su programa de visitantes.
— ¿Cómo fue la experiencia de participar en la Berlinale?
— Es la tercera vez que participo, pero esta vez fue diferente porque estuve hasta el final gracias a la invitación del Goethe Institut y el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania. Ellos organizaron una agenda muy productiva con gente de todo el mundo y hemos tenido encuentros con financiadores (...). La Berlinale es uno de los festivales que más me gusta porque tiene una combinación de industria y un mercado muy grande. Mijael Friedrich, director del Goethe en La Paz, me hizo una cita con productores muy interesantes.
— ¿Cómo recibió el público alemán su filme Yvy Maraey?
— Las salas estaban repletas de gente y lo que más me impactó es que indígenas de México y Brasil aplaudieron la película y dijeron “es el tipo de cine que nosotros quisiéramos ver”. Para mí eso fue una validación muy grande en un auditorio tan inmenso. El público fue maravilloso. La mayoría estaba formada por alemanes, gente con una sensibilidad y cultura cinematográfica para leer películas no tradicionales.
— ¿Cómo relee a Yvy Maraey después de un año de estreno y mostrándola en Alemania?
— Siempre sientes algo de temor porque es una película en la que me expongo, es muy personal y de una dimensión épica. A mucha gente le llama la atención el atrevimiento de este filme. Es grande, costoso, bien hecho y al mismo tiempo personal. Siento que hemos construido un discurso, es un producto de pensamiento, reflexión y de un estar aquí.
— ¿Cómo estuvo la retrospectiva dedicada a su trabajo?
— Milan (González) es un colega y poeta boliviano que vive en Alemania y salió de él hacer la muestra. Milan tiene un socio de cine móvil e hicieron la campaña (de la muestra) muy bien. Es un ejemplo de una persona dedicada. Fue en Berlín y München y las salas estuvieron llenas, y ves un público que te sigue, que ya vio American Visa, Zona Sur, Yvy Maraey y está esperando la que viene (...). Es muy difícil cuando vienes de Bolivia y el apoyo es fundamental, en la Berlinale había un stand que promocionaba Yvy Maraey como película mexicana porque es una coproducción. Debo decir que la embajadora Elizabeth Salguero se portó increíble, con los pocos recursos que tenemos hizo un homenaje a Elio Ortiz en el Instituto Cervantes de Berlín.
— Yvy Maraey también se vio hace una semana en EEUU...
— Después de la Berlinale estuve en un evento de literatura, en el que estudian cine latinoamericano en Portland, con académicos de diferentes universidades de EEUU. Los académicos me han pedido la película, hay fenómeno con Yvy Maraey, les gusta mucho a estos doctores en literatura.
— ¿Cuáles son los desafíos ahora que asume el TalentDoc?
— Es una iniciativa del Goethe, nos han invitado a colaborar con ellos. Veo mi rol como el de un curador o de un director creativo. El equipo de la Fundación Cine Nómada ayudará en las gestiones que sean necesarias. En una de las cosas que estamos trabajando es en que el TalentDoc tenga un enfoque transmedia, que es lo actual en el cine. Queremos mostrar cómo los medios electrónicos pueden ayudar a generar un público y una comunidad. (...). Van a venir expertos y vamos a trabajar en un laboratorio de proyectos.
Perfil
Nombre: Juan Carlos Valdivia
Nació: En La Paz, Bolivia.
Profesión: Cineasta de Columbia College.
Cargo: Director de la Fundación Cine Nómada para las Artes.
Cineasta
Estudió en EEUU y trabajó en México durante varios años. Su ópera prima fue Jonás y la ballena rosada (1996). Sus filmes han recorrido distintos festivales y cuenta con premios en Sundance (EEUU), Biarritz (Francia) y Guadalajara (México).
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