Fueron juzgados, aunque muchos murieron hace poco, siendo viejos, al calor de un hogar. Estos nazis dejaron imágenes y documentos, recién revelados, que le sirvieron al director francés Michäel Prazen para hacer un documental que la Cinemateca exhibirá mañana a las 19.00.
La cinta fue traída al país por Elena Feder, una boliviana, hija de sobrevivientes judíos que pudieron escapar del exterminio sistemático ejecutado por los nazis durante la Segunda Gerra Mundial (1939-1945).
La historia que presenta el documental —de tres horas, dividida en dos sesiones con un intermedio— muestra las acciones de los einsatzgruppen, un brazo de las SS que asesinó a cuanto judío vivía en los poblados de la frontera rusa, cuando en 1941 Alemania rompió un pacto de no agresión suscrito con la extinta Unión Soviética.
“Llegaron con un proyecto planeado y se dividieron entre tres y cuatro grupos de choque y cada grupo tenía un área bien definida; se aliaron con personas locales que también compartían su ideología nazi-antisemita y asesinaron, en seis meses, aproximadamente, a tres millones de personas, en lo que se ha llamado un genocidio a bala. El documental muestra cómo lo hicieron”, dijo Feder a La Razón, al explicar que estas acciones constituyeron “el prólogo” de la “solución final” que diseñó Adolfo Hitler para acabar sistemáticamente con ellos en los campos de concentración. Alrededor de 10 millones murieron en la guerra.
Feder explicó que los asesinatos directos perturbaron a los nazis que formaron parte de estas “brigadas de la muerte” antes de aplicar las estrategias para “poder matar a distancia”.
La primera parte del documental muestra la organización y la metodología de cómo mataron a la gente y la segunda, la forma cómo intentaron eliminar las pruebas de los crímenes.
“Era realmente espeluznante que los judíos mismos cavaran las fosas, luego les hacían parar al borde de éstas y los mataron en fila y tenían gente que los acomodaba para que la siguiente fila cayera encima”, comenta la académica boliviana que reside desde fines de los años sesenta en Canadá, donde enseña semiótica de cine, pero con un especial enfoque en la necesidad de provocar una reflexión histórica sobre el Holocausto.
“La película, a pesar de que dura tres horas y muestra una cosa tan siniestra, usa técnicas cinematográficas que permiten que el espectador no salga corriendo y no se desmaye, sino que más bien reflexione y absorba esta información”, remarcó Feder que pasa estos días con su familia.
‘Brigadas de la muerte’
Dirigida por el francés Michäel Prazen, dura tres horas. Se presentará en dos actos. Ingreso gratuito en la Cinemateca mañana a las 19.00
Hallaron una nueva vida en Bolivia
Los padres de Elena Feder llegaron a Bolivia en 1949 luego de sobrevivir al holocausto. Diez años antes, el país ya había recibido a un primer grupo de dos mil migrantes judíos de Checoslovaquia, Alemania y Austria que huyeron luego de que Adolfo Hitler los había expulsado. Ellos llegaron con lo puesto, con sus vidas. “Lograron sobrevivir, gracias a que Bolivia les abrió las puertas”.
Feder asegura que el país le permitió tener una niñez “más sana de lo que muchos otros sobrevivientes han vivido en el exterior”. Estuvo en La Paz hasta 1969. Acudió a la escuela fiscal “Juana Azurduy de Padilla” y vivió su niñez en una casa ubicada cerca de la calle Indaburo, en el centro colonial.
El padre de Elena se unió al ejército polaco poco antes del estallido de la guerra; estuvo en varios campos de concentración y sobrevivió atendiendo a los nazis de sus dolencias dentales. Era dentista. Su madre hacía uniformes militares y luego de la guerra vino a Bolivia, pero poco antes de eso conoció a su doctor. Elena nació en nuestra señora de La Paz en 1949.
No hay comentarios:
Publicar un comentario