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sábado, 5 de mayo de 2012

Cinemateca Sur y Butaca Uno apuestan a la formación de públicos

Aunque en las últimas semanas se consolidaron en La Paz dos espacios fijos de proyección de cine independiente y alternativo que ofrecen una opción al margen de la nutrida cartelera de Hollywood, los gestores de estos proyectos, un productor y un crítico de cine, admiten que el problema ahora es la aún tímida respuesta del público.

El 4 de abril se inauguró Butaca Uno, un proyecto con el que el Centro Cultural Yaneramai ofrece un espacio exclusivo y fijo para el cine independiente y de autor. Un par de semanas después, el 17 de abril, y con los mismos principios, la Cinemateca Boliviana relanzó –esta vez de manera permanente- su proyecto Cinemateca Sur. Ambos funcionan en el complejo Megacenter.

Mela Márquez, directora de la Cinemateca Boliviana, sostiene que la apertura de la sala en la infraestructura de la zona de Irpavi tiene el objetivo de llegar a más gente y formar públicos para las producciones “de autor”.

“La Cinemateca es un concepto, no es un lugar, es un repositorio de imágenes en movimiento. A partir de eso, nuestro deber es difundir cine independiente y de calidad, y de esa manera contribuir en la formación de públicos”, comenta en relación con algunas críticas de por qué se recurrió a un ambiente comercial si se tiene una infraestructura propia con tres salas.

La cineasta agregó que “el colapso vehicular” influye para que el público de la zona Sur no visite sus salas y que por eso se decantaron por el Megacenter.

Para Ariel Rodríguez, representante de marketing del Cine Center, con la apertura de Cinemateca Sur y Butaca Uno “se cumple uno de los objetivos del complejo que es dar al público una oferta distinta y más variada”.

Aunque reconoce que no cuentan con la cantidad óptima de espectadores, Rodríguez señala que “mucha gente” pregunta y muestra interés al ver en la cartelera películas de cine independiente.

“Lo que tenemos que hacer es que se acostumbren a ver este tipo de cine, pero eso lleva tiempo porque la mayoría de los consumidores está habituada a una cartelera un poco más comercial”, comenta.

Sin embargo, a pesar de la apertura de estas salas, Gerardo Guerra, gerente de la distribuidora de cine independiente Londra Films, señala que la audiencia de este tipo de filmes descendió notoriamente en todo el país, en relación con décadas pasadas.

Para el empresario, “la sostenibilidad de este tipo de emprendimientos depende de la lucha contra la piratería, que es la que nos está haciendo mucho daño, porque la mayoría de quienes consumen este tipo de cine recurre a los DVD que se venden en la calle, sin darse cuenta del perjuicio que ocasionan a la cadena cinematográfica”.

Mauricio Souza, crítico de cine, resalta otra arista de esta coyuntura: que nunca antes en Bolivia se pudo ver tantas películas sea cual fuere su procedencia, tipo o género. “Pero esta oferta -objeta- aún está pensada sólo en términos de DVD. Es decir, para funcionar bien, los espacios como Cinemateca Sur y Butaca Uno deben ofrecer algo más que las películas: cierta coherencia en la programación y espacios de discusión del cine, por ejemplo”.

Punto de vista
En términos relativos, hay hoy en Bolivia un público mucho mayor (que el de hace 20 años, por decir algo) para el cine independiente y de autor. Hay muchos cinéfilos y también mucha gente que, en promedio, ve muchas más películas de ese tipo. El problema es otro: por costumbre (y considerando que por muchos años no había ninguna oferta similar en las carteleras), ese público se acostumbró a ver ese tipo de cine en DVD. La dificultad, en realidad, es hacer que ese público regrese a las salas y salga de su casa. La Cinemateca, que debería haber apuntado a reconstruir ese público, no lo hizo en su momento y tampoco lo está haciendo ahora. Basta recordar que de las decenas de cineclubs que hay hoy Nunca antes como hoy podemos ver tantas películas prácticamente de cualquier procedencia y momento de la historia del cine. Pero ese acceso, insisto, es un acceso que se piensa en términos de DVD. Esos espacios independientes que mencionas (Cinemateca Sur y Butaca Uno) sólo funcionarán si es que ofrecen algo más que las películas: una cierta coherencia en la programación y espacios de discusión del cine.

“La Cinemateca es un concepto, no es un lugar. Uno de nuestros deberes es difundir cine independiente y formar públicos”
Mela Márquez

Punto de vista
Mauricio Souza Crítico de cineEn términos relativos, hay hoy en Bolivia un público mucho mayor (que hace 20 años) para el cine independiente y de autor. Hay mucha gente que ve muchas películas de ese tipo. El problema es otro: por costumbre (y considerando que por años no había ninguna oferta similar), ese público se acostumbró a ver ese tipo de cine en DVD. La dificultad es hacer que ese público regrese a las salas. La Cinemateca, que debería haber apuntado a reconstruir ese público, no lo hizo y tampoco lo está haciendo ahora. Basta recordar las decenas de cineclubs que hay hoy.

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