Taylor Lautner es un chico de 19 años, ni alto ni excesivamente fuerte, con una tímida sonrisa adolescente que permanece casi todo el tiempo en su rostro. Además, es un icono para millones de féminas adolescentes que le persiguen allá donde va desde que se convirtió en Jacob Black, el hombre lobo rechazado por su amada en las películas de la saga«Crepúsculo».
Ahora, protagoniza por primera vez un filme, «Sin salida», un thriller de acción que reúne todos los tópicos del peor cine americano (carreras de coches, peleas y rusos asesinos), en el que encarna a Nathan, un chico que descubre su retrato en una página web de niños desaparecidos. Su compañera de aventuras es Lilly Collins (la hija del músico Phil Collins, que está intentando ser actriz) con la que se rumorea que mantuvo una corta relación durante el rodaje. Él se declara muy orgulloso con la cinta: «Pensé que a mí me gustaría ver algo como esto en el cine.
Es muy bonito hacer lo que te apasiona, y no me había pasado nunca antes recibir un guión y tener que seguir leyendo todo el tiempo».
En la película, Taylor reparte bofetadas por doquier, demostrandosu dominio de las artes marciales, un deporte que lleva practicando desde niño, aunque también ha tenido que aprender boxeo y a montar en moto, según ha confesado. Sus inspiraciones para el papel las ha buscado en el Harrison Ford de «El fugitivo» o en el Matt Damon de «El caso Bourne».
¿Musculitos para siempre?
Pero, ¿quiere seguir Taylor luciendo músculo durante el resto de sus películas? Según él, le gustaría tocar todo tipo de registros, «busco hacer algo diferente», y tampoco quiere encasillarse en un tipo de papel determinado. Dice ser amante del cine, y se confiesa fiel seguidor de Tom Cruise: «Mi actor favorito es el Cruise que va desde “Risky Business” a “Top Gun”, “Jerry Maguire” o “Nacido el 4 de julio”. Mi meta es poder trabajar en papeles diferentes, como él».
Eso sí, no se olvida del personaje de licántropo que le lanzó al estrellato (el 18 de noviembre se estrena en España la primera parte del último libro de Stephenie Meyer, «Amanecer») y asegura seguir manteniendo muy buena relación con Kristen Stewart y Robert Pattinson, «nos hemos hecho íntimos amigos durante estos años de rodaje». El joven actor quiere dejar claro que para él lo importante es trabajar, y que la fama no se le ha subido a la cabeza: «No esperábamos tanto éxito como hemos tenido, es increíble». No le obsesiona ser mundialmente conocido (ni ser uno de los adolescentes mejor pagados de Hollywood), y se lo intenta tomar como un «gaje más del oficio»:
«Lo importante es que por mucho que cambie mi vida, esto no me cambie a mí como persona; tener la oportunidad de hacer las cosas que me gustan y cuando estoy en casa hacer lo mismo que hago siempre con mis amigos». Para él, lo realmente difícil es rodar la película, «meterte en los zapatos del personaje durante tres o cuatro meses». Agradeciendo el apoyo a todos sus fans, a Taylor le queda por demostrar que no es solo una cara bonita más en el panorama cinematográfico.
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