Miles de fans desafiaron las restricciones de seguridad en Trafalgar Square, en el centro de Londres, para decir adiós al mago Harry Potter en el preestreno de la última película de la exitosa saga.
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte 2 es el octavo filme, el primero en 3D, de la franquicia que ha generado un masivo frenesí del público. Las aventuras en la gran pantalla de Harry, Ron y Hermione fueron una mina de oro para Warner Bros. Los siete filmes anteriores recaudaron $us 6.400 millones en la taquilla mundial y miles de millones en DVD y otros productos.
Altas vallas bloqueaban la entrada a la plaza para cientos de personas que llegaron tarde a la entrega de muñequeras que les permitía acceder a la alfombra roja, por donde desfilaron las estrellas de la saga. Miles de personas que accedieron a la plaza, algunas vestidas como los estudiantes de la ficticia Escuela de Magia y Hechicería de Hogwarts, gritaban los nombres de personajes como Daniel Radcliffe, cuando los actores pasaban por la alfombra roja camino a un escenario preparado.
Los actores, que caminaron firmando autógrafos entre cientos de periodistas y cámaras, realizaron una emotiva presentación ante fanáticos.
"No creo que el fin de la historia suceda hoy", dijo Radcliffe a los seguidores, que lo ovacionaron y rompieron a llorar. Los actores dijeron que, al igual que sus fans, también estaban intentando adaptarse a un mundo después de Potter, pese a ser estrellas de cine con grandes fortunas.
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