Buscar

domingo, 24 de julio de 2011

Bellot “Estoy preparado para terrenos más oscuros” transgresor

Después de casi un año de trabajo en Ámsterdam, Rodrigo Bellott terminó su residencia en Binger Film Lab, uno de los más prestigiosos laboratorios de guion en el mundo. El cineasta boliviano empalma esa experiencia con la filmación de su nueva película, Nice people, cuyo rodaje acaba de empezar.
Nutrido por su vivencia en Binger, Bellott responde.

¿Qué ha cambiado en vos tu vivencia en Binger Film Lab?
Siento que he crecido. Es muy confrontacional ver y aprender de la manera que se hace cine en otras partes del mundo, sobre todo cuando desde Bolivia pareciera que es imposible. Uno ve la cinematografía en Serbia, Rumania o Egipto e inspira, dan ganas de hacer más cine y reinventarse para no depender de los mecanismos tradicionales. Es muy interesante aprender de nuevos lenguajes y narrativas, se siente que uno lleva toda una vida hablando solo 40 palabras en el vocabulario y de repente uno aprende que hay 5.000 palabras más por descubrir para comunicarse. Ha sido muy liberador. Me ha dado mucha seguridad y he empezado desde el principio de año a encaminar una carrera futura que a principios me parecía distante y hoy, a mitad de año, es una realidad.
-Ahora que emprendés Nice people, ¿qué meta creativa te proponés?
Nice people está encaminada. En 11 años de carrera aprendí a desempeñarme internacionalmente como director, guionista, director de casting y productor. Ahora que tengo apoyo internacional y años de contactos y relaciones que voy construyendo estoy listo para explorar esos cuatro aspectos creativos. Los disfruto tanto que me enriquecen como ser humano y como profesional. Realizo cine de autor transgresivo y personal, pero paralelamente desarrollo la visión de directores jóvenes y hago buen cine comercial.
-¿Por qué situás tu nueva historia en el terreno del terror sicológico?
Lucrecia Martel habla de La ciénaga como cine de terror. En ese sentido Dependencia sexual también es más o menos de terror sicológico. El ser humano siempre ha sido un monstruo que no termina de sorprenderme y de producirme terror. Nice people es, como dice el título, un filme sobre personas como tantas obsesionadas con la belleza, con el placer, con el sexo, con el amor y el gran temor de no tenerlos. El temor a no ser amados lleva a hacer las cosas más monstruosas, violentas e inmorales. Con él nos identificamos todos.
-En una entrevista previa, nos dijiste que Nice people trata el tema de la violencia y que eso es producto de tu madurez. ¿A qué violencia te referís?
Nice people trata la violencia en un amplísimo espectro. Está estructurada a través de los cinco actos de violencia de la naturaleza humana: la violencia visual (belleza), la violencia física (placer en el dolor de los otros), la venganza (castigo), la culpa (olvido) y el perdón (amor). Me gusta plantearme retos y esta es mi película más transgresiva y difícil. Me siento seguro y preparado para entrar en terrenos más oscuros y complejos.
¿Tratar la violencia es un reto?
Siempre es un reto porque la violencia en el cine y en el teatro es muy diferente de la realidad. También porque para tratarla se requiere un compromiso del público que a veces no está preparado. Al ser humano le encanta ver sufrir a otros y no es curioso que el cine más violento sea el más comercial. No nos cuesta ver a un superhéroe norteamericano matar a cientos de soldados, alienígenas, inocentes o inmigrantes, pero cuando la violencia se traslada a situaciones peligrosamente cercanas a nuestra vida cotidiana saltamos en nombre de la censura y la moral. Esos son mis retos. Nice people explora la violencia imperceptible y la más extrema. Si no eres capaz de verla hasta el final es muy difícil que puedas hablar de ella. Pero si llegas al final te darás cuenta de que la película habla de ti y por ello es difícil hablar de ella sin hablar de tus miedos y tus aspectos íntimos.
-¿Qué has tenido que pasar en tu proceso de maduración cinematográfica para tratar la violencia?
-Lo más aterrador de trabajar la violencia es darse cuenta de que nuestra vida está llena de actos subliminales y sutiles de extrema violencia que vivimos día a día como normales, según nuestras leyes sociales y de civilización. También la vida me ha permitido darme cuenta de que el dolor físico es el menos violento de todos. No hay nada más violento que perder la fe, el amor propio, la dignidad y sin embargo lo experimentamos todos los días. Sucumbimos ante falsas promesas de felicidad y amor eterno, conceptos que hemos manufacturado nosotros mismos. Creo que desde Dependencia vengo tratando la violencia social, sexual, emocional y sicológica y, quizá, aquí está el hilo conductor de todo mi cine.

Binger Film Lab cambia al cineasta
Una experiencia de aprendizaje marcó a Rodrigo Bellott, la residencia en Binger Film Lab que cumplió desde el 6 de septiembre de 2010.
Durante 11 meses en Ámsterdam trabajó dos proyectos paralelos. Como guionista se introdujo en Oxalá, un filme que espera realizar en el futuro. Y simultáneamente trabajó en el guion y los conceptos de dirección de Nice people. “La residencia es una especie de maestría en guion y dirección donde uno se enfoca en sus proyectos a manera de fortalecerlos y desarrollarlos mientras mejora y crece en esas especialidades” explica.
El artista califica esa etapa como una de las experiencias más enriquecedoras de su vida. “Es un privilegio ser seleccionado entre un centenar de directores y guionistas en el mundo. Además me dio la oportunidad de pasar casi un año trabajando sin distracciones, exclusivamente en mis proyectos, con paciencia, apoyo y tutoria de decenas de las mentes más brillantes del mundo del cine que vienen a trabajar con nosotros. Siento que he crecido mucho como artista, madurado como creador y he aprendido mucho de mí mismo, de mi cine y de lo que quiero hacer con mi carrera y mi vida”.
Ahora, en lo inmediato, junto a Nice people, Bellott se ocupa del casting para una película en Chile y otra en Nueva York, de la ópera prima de dos directores. Asimismo, en mayo empezó una empresa productora entre Nueva York y Londres junto a dos socios y ya tiene dos proyectos encaminados en preproducción.
Son películas comerciales de su compañía productora que supervisa creativamente desde el guion, pero que no dirigirá.

Descubrimiento del protagonista
El rodaje de Nice people ya se vibra. Rodrigo Bellott ya está con los actores Carlos Bardem y Vicenta N'Dongo, que llegaron a la capital holandesa desde Barcelona. También, desde Nueva York, sus productores y el protagonista, modelo norteamericano, debutante en la pantalla grande Doug Porter.
Para el equipo, la última semana fue de ensayos y rodaje. “Fue muy intensa, pues es la primera vez que todo mi elenco se reúne. Hicimos pruebas de cámara, de vestuario y de look, además de la lectura del guion y rodamos el tráiler”, cuenta Bellott.
Mientras edita y se apresta a hacer pruebas de color, mezcla de sonido para el tráiler y la página web de Nice people que lanzará en agosto, destaca un hallazgo. “Una de las más grandes satisfacciones fue descubrir que Doug Porter es un gran talento. Nunca antes había actuado y a pesar de ser uno de los modelos más reconocidos en Estados Unidos este -su papel protagónico en Nice people- es un rol muy duro y complicado. Doug nos dejó con la boca abierta y muy tranquilos sabiendo que una vez se estrene la película va a dar mucho que hablar en el mundo del cine”.
Doug Porter nació en Mt. Shasta, Norte California. Empezó su carrera en el modelaje a los 23 años luego de servir en la Marina estadounidense. Debutó como la imagen de Abercrombie and Fitch, campaña fotografiada por el aclamado fotógrafo Bruce Weber que lo convirtió en una estrella de la publicidad y la pasarela internacional.
Doug siguió su trabajo con otros eminentes y visionarios fotógrafos de moda, Steven Klein, Matthias Vriens, Greg Vaugham y Mariano Vivanco, lo que lo ha posicionado como uno de los modelos más arriesgados en su campo.
A finales de 2010, el New York Times declaró a Doug Porter el rostro y cuerpo del nuevo hombre del siglo 21.

No hay comentarios:

Publicar un comentario