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domingo, 27 de diciembre de 2015

Gato Pino: “Hacer cine no es para princesas”



Hacer cine es un trabajo duro en el que todos colaboran en todo, eso lo constataron los asistentes al taller de cortometrajes organizado por Diego “Gato” Pino y la productora “Maquina de Sueños” y el apoyo de la Gobernación de Tarija a través de la Dirección de Patrimonio y Gestión Cultural.
Pino explicó que fue un taller enfocado a la práctica en el que los estudiantes aprendieron todo lo necesario para producir una película, “aprendieron a hacer cine haciendo cine”, dijo y que se les otorgaron roles, cargos y trabajos dentro de la producción a veces pesados lo que provocó que algunos renunciaran. De esta manera se creó el lema con el que empezaban cada jornada: “Hacer cine no es para princesas”.
Los participantes resultaron elegidos para participar del taller porque enviaron una carta en la que reflejaron el porqué quieren hacer cine y sus argumentos convencieron a los organizadores que corrieron con todos los gastos pertinentes para producir un filme que fue denominado “El Sastre”.
“Hacemos este taller con la idea de hacer algo social que no sólo beneficie al arte y la cultura, sino también a la gente que pueda trabajar con nosotros y adquirir experiencia”, detalló Pino.

El equipo
El actor principal, un diletante del cine y considerado un miembro más de la Máquina de Sueños, Rodolfo Bluske, se interesó por el proyecto por su inclinación al arte y las satisfacciones personales que le provocaron, por lo que considero necesario apoyarlo. Un grupo que trabajó duro a pesar de la falta de apoyo institucional permanente.
“Fue participar en un guión muy interesante, una historia interesante y es difícil explicarlo porque no soy actor, pero no hay que ser un virtuoso para hacer arte. Es una historia contada de un modo diferente con muchos simbolismos e imágenes que crean un ambiente muy bien logrado con un guión extraordinario”, comentó Bluske.
Para Ricardo Baldivieso, un chico de 17 años que en 2016 hará el bachillerato y que en la producción cumplió la función de asistente de cámara, hacer cine fue cumplir con una pasión que es ponerle imagen a una historia que tiene que ser contada con planos y tomas.
La función que le tocó cumplir comprendía que los equipos que hacen a las cámaras estén a punto, especialmente que las baterías estén cargadas en todo momento, conocer al dedillo las lentes y manejar la claqueta (ese cuadro de madera que suelen cerrar con ruido para iniciar una toma y en el que están registrados ciertos datos que permitirán que audio y sonido estén coordinados).
“Hacer el cortometraje fue vislumbrar que se abrirán nuevas puertas para los que participamos. En Tarija no se puede ver mucho apoyo a todo lo que significa arte, fue una gran experiencia”, subrayó.
Por su parte, la estudiante de arquitectura María René, con sus 24 años fue la asistente de Producción de Actores y Vestuario. Su trabajo consistía en conseguir toda la vestimenta necesaria que exigía el filme, las herramientas, acomodarlos, además de “mimar” a las figuras que protagonizan la historia.
“Es prácticamente atenderlos para que se sientan bien, porque cualquier hecho puede alterarlos y no estar a la altura de la actuación. Existen momentos en que se ponen tensos y entonces hay que ayudarlos a que se tranquilicen ofreciéndoles un café o lo que necesiten. Por ejemplo hubo un momento en que nos quedamos encerrados en el set de filmación y el actor principal creyó que no podría salir y se puso tenso, era claustrofóbico, entonces le ayudé a calmarse para que retome su papel”.
Agregó: “No esperé ingresar en el equipo, mandé la carta de solicitud por si acaso, conté lo que significaba para mí el cine. Es un medio con el cual puedes hacer un montón de cosas. Fue bueno aprender todo lo referente a hacer cine, todas las funciones, y busco continuar haciendo más videos y me ha inspirado a hacer teatro”.
Entretanto, Abraham Guzmán, que a sus 27 años es bombero voluntario, paramédico y que en sus ratos libres hace música metalera con su grupo “Lex Artis”, participar en el taller fue cumplir con un sueño guardado “desde hace mucho tiempo” y encontró el lugar exacto para poder aprenderlo.
“Lamentablemente la cultura en nuestro medio está al último. Y este taller ha sido lo mejor que me ha podido pasar, aprender de personas que tienen experiencia. Teoría y práctica fueron de la mano, me gustó mucho las tareas que nos daban; por ejemplo, avanzamos la parte de fotografía y la tarea era contar una historia con fotografías, lo mismo con sonido, las luces, y desarrollar un concepto para luego convertirlo en un guión”.
Todas las áreas que integran para hacer una película tienen su importancia, sostuvo al recordar los momentos en los que se entregaban las tareas y observaba la de sus compañeros para aprender también de ellos, de su creatividad. “Hubo cosas interesantes y otras perturbadoras propuestas por un compañero bizarro”.
Guzmán, que hizo de asistente de sonido, explicó que este tema es el que le da realce a las escenas de una película, además de cuidar detalles como instalarse en lugares incómodos para colocar el micrófono, cuidar que no salga ni la sombra en las imágenes y tener grabadas las mejores tomas de audio.
Alvaro Zolano, que cursa el cuarto año de la carrera de Comunicación Social, considera que hacer cine fue una experiencia que siempre la buscó porque es un interesado de la fotografía y ya había sido asistente en esta área en la producción de “El Sastre”.
“Mi idea era participar del taller y aprender cómo trabajan Gato, Sergio Bastani, Federico y su equipo. La práctica fue buena, yo quiero estudiar cine y no existen los medios para hacerlo en Bolivia, por lo tanto el taller fue un gran inicio. Fue una experiencia increíble, un grupo muy diverso y dinámico en el que uno encontraba diversas perspectivas”, señaló.
El miembro de la Máquina de Sueños, Federico Guzmán, explicó que esta empresa es una productora audiovisual y de cinematografía que trabaja en Tarija desde hace varios años y una de cuyas metas es colaborar en elevar el estándar de calidad de todo lo referido a hacer imágenes y tener lo mejores productos que se puedan.
“El taller es parte de la función social que quiere cumplir la empresa, dijo, fue le resultado de un acuerdo con la Gobernación de Tarija con el objetivo de promocionar la cultura del cine y primordialmente para buscar gente y llenar los espacios en los que faltan para la producción audiovisual, en esta región no se cuenta con profesionales y especialistas en esta área”.

TRABAJO EN GRUPO, PUESTA EN ESCENA Y PRODUCCIÓN

Hacer cine
Cada uno pensaba por su lado, se llegó a compartir tanto que al finalizar uno se sienta a pensar y ahora que hago, Fue una experiencia linda que animo a Ricardo y Abraham a hacer un cortometraje independiente. “El taller era para eso, para animar a la gente a hacer cine por su parte”,

Federico Guzmán
“El taller ha sido hermoso, muy interactivo, todos hemos aprendido tanto de los instructores como de los chicos participantes, ha sido una linda experiencia en la que se compartieron los conocimientos que uno tiene y que conozcan el ámbito en el que se moverán”.

Escenografía
“El Sastre” cuenta la historia de un personaje mayor y solitario -interpretado por Rudy Bluske- que tiene una especie de amor hacia su asistente que es una joven francesa. Para el filme trasformaron una tienda en una sastrería en el que colaboraron todos los talleristas.

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