Corría el año de 1994 cuando el ex ejecutivo de Disney, Jeffrey Katzenberg, se unió al músico David Geffeny y al genio de Steven Spielberg para fundar DreamWorks SKG. Y aunque esta distribuidora buscara producir cintas liveaction, también tenía en mente crear historias animadas con el fin de terminar con el emporio de la empresa del famoso ratón –se dice que Katzenberg lo hizo por rencor tras su salida de dicha empresa-.
En 1998 invadieron las producciones animadas vía Antz y El príncipe de Egipto, la primera por computadora y la segunda con animación tradicional. No fueron el gran éxito (Bichos le ganó la batalla y una historia bíblica no jala mucho público), pero sí se colocaron en el gusto de la gente.
Pero todo cambió con la llegada del horrendo ogro Shrek, que no sólo conquistó la taquilla, sino también a los expertos de cine por criticar los clásicos cuentos que había trasladado Disney a la pantalla grande. La cinta se llevó el primer Oscar en filmes animado a casa, ganándole a la mega productora llamada Disney Pixar.
Al ver que esta fórmula les había pegado, DreamWorks decidió apostar por una segunda, tercera y cuarta parte de esta saga. Y aunque la dos fue un suceso mayor que su antecesora, las demás no recaudaron lo esperado y fueron destruidas por la crítica especializada.
Así que decidieron realizar nuevas historias, como Madagascar y Kung Fu Panda, que también triunfaron y que también conllevaron a una continuación, demostrando que la empresa no tenía creatividad a la hora de las ideas originales, más aunado al hecho de que éstas no fueron del agrado del público y pasaron sin pena ni gloria (como Monstruos Vs. Aliens y El origen de los guardianes).
Lo que parecía ser la empresa que le daría una terrible guerra y destronaría a Walt Disney, se quedó ahí. Hoy en día la empresa de los cuentos sigue como líder y ya hay otras compañías que han mostrado fuerza animada, como Fox (La era del hielo, Río) y Universal (Mi villano favorito).
Recientemente, se anunció que DreamWorks Animation no logra despuntar y su más reciente cinta, Los Pingüinos de Madagascar, apenas recaudó 270 millones de dólares a nivel mundial. Usted dira: “Eso es mucho”, pero en realidad es poco tomando en cuenta su costo de producción y la publicidad que se le invirtió.
Por otro lado, la empresa tuvo pérdidas de 247.7 millones de dólares en el último cuarto de su año fiscal. De los cuales, 155.5 millones son por devaluaciones de cintas que ni siquiera se han estrenado, entre ellas: Monkeys of Mumbai o B.O.O.: Bureau of otherwordlyoperations.
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