Algunos cineastas y críticos bolivianos coincidieron en que las producciones de Hollywood y Disney han saturado el mercado infantil. Por ello es que no incursionaron en este género.
“Es difícil y costoso producir una película infantil en el país, pero lo más complicado es competir con las gigantes productoras como Disney”, explicó el cineasta Marcos Loayza.
Su colega Paolo Agazzi señaló que otro de los motivos de la ausencia de largometrajes infantiles en el país es la falta de tecnología. “La técnica del dibujo animado es muy costosa y compleja. Además, no se tiene la tecnología en el país para hacer una película de dibujos animados que pueda competir con filmes del exterior”, sostuvo y contó que hace varios años intentó gestar un filme infantil basado en un cuento de Gaby Vallejo.
El público reducido es también otro factor limitante. “Es muy difícil captar la atención del público infantil porque un cineasta tiene que competir con los programas de televisión y los filmes extranjeros. Entonces, es un mercado incierto y para muchos cineastas es un riego invertir en este tipo de producciones”, dijo Pedro Susz.
Según el animador e ilustrador Joaquín Cuevas, el cine boliviano en general ha trabajado más filmes de autor y ha abarcado temáticas para adultos.
“El cine para niños está muy relacionado al cine de dibujos animados y de animación y la animación en Bolivia es un campo que recién se está desarrollando en el país”, explicó.
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