Bajo presión y con un gran reto de por medio. Así son los trabajos que le gustan al actor Nicolas Cage, quien ahora se pone en la piel de un policía cuya noble labor lo acaba destruyendo.
Enemigo Interno cuenta la historia de Terence Mcdonagh, un detective de homicidios del Departamento de Policía de Nueva Orleans quien evita que un preso muera ahogado durante la inundación que desató el Huracán “Katrina”. Debido a esta acción, donde se lastima seriamente la espalda, es ascendido a teniente y luego de un tratamiento por medicación para el dolor, regresa al servicio activo. Hasta aquí todo parecería una historia común y con final feliz, pero las cosas se tuercen.
Y es que lo que se supone sería una trama de sacrificio y superación da un salto un año más tarde, cuando Terence se ha vuelto adicto al Vicodin (para tratar el dolor) y a las drogas que se supone debería estar sacando de las calles.
Lentamente, el crimen que juró combatir disuelve su voluntad y termina carcomiendo su alma. Todo aquello que ama queda en una línea de fuego donde los malhechores y los propios policías se convierten en los enemigos.
LA JUSTICIA BAJO FUEGO
Enemigo Interno era un proyecto difícil desde un principio. Es un remake de la cinta homónima de 1992 y pocos actores famosos hubieran aceptado degradar su imagen como se ve obligado a hacerlo Nicolas Cage.
Si Nicolas Cage tiene un papel sórdido en Enemigo interno, Eva Mendes no se queda atrás. La estrella de raíz latina encarna a Frankie Donnenfeld, una mujer de la vida galante que atrapa el interés amoroso de Terence. El problema es que ella tiene sus propios problemas, y los dos convertirán su amor en una herramienta destructiva.
Para el papel, Mendes no dudó un segundo en dejar muy lejos el glamour y la sensualidad que la caracteriza.
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