El inevitable destino final

La quinta película de la historia afirma que si uno debía morir y no lo hizo, lo único que logró es retrasar lo ineludible.

La precuela de la saga dirigida por Steven Quale y escrita por Eric Heisserer y Jeffrey Reddick intenta acomodarse con la visión de las películas de suspenso actuales. Destino final 5 continúa con el argumento de las anteriores entregas, pero acompañada con la magia del 3D logra convertirse en una opción interesante, ya que las muertes se tornan más reales.
A la muerte no le gusta ser engañada. La historia comienza en el puente Lionsgate de Vancouver, cuando Sam Lawton tiene una premonición en la que él y varias personas más mueren en el colapso de un accidente. Rápidamente advierte a todos de ello y él logra salvarse, evadiendo así el destino que tenía marcado: su muerte. Lo que no adivina es que los sobrevivientes comenzarán una carrera por salvarse, pues la parca reclama lo que es suyo.
Matar o morir. Lo que hace diferente a Destino final 5 es la elección, puesto que de darse el caso, los personajes deben decidir entre sus propias vidas o la de algún otro. Algo así como un intercambio funesto.
El guía espiritual William Bludworth es quien se encarga de presentarles la cruel realidad de sus marcados destinos.
Como el director de la saga explica, “en las anteriores entregas sabías que la muerte de los protagonistas era inevitable. En cambio en Destino Final 5 algunos de ellos descubren un modo de burlar a su destino”.

Nicholas D'agosto

Personifica a Sam Lawton, el protagonista, quien comentó sentirse “fascinado por el misterio que rodea a la saga Destino Final”.

Emma Bell

Interpreta a Molly Harper, la novia de Sam. Quiere terminar su relación con él, pero no sabe que está en la lista de la muerte. Participó en la serie Walking Dead.

Toany Todd

Da vida a William Bludworth, el consejero de los desafortunados jóvenes. Respecto de su papel, dice que “es una pieza central de la mitología de la saga”.

La muerte tiene número

En esta ocasión, las muertes tienen un toque extra de realidad gracias a los efectos especiales que van de la mano de Steven Quale, quien trabajó con James Cameron.