El ecuatoriano Sebastián Cordero ha regresado a sus orígenes con "Pescador", una divertida "road movie" filmada a ritmo de salsa e incorporando "todo lo que vino por el camino" que, hasta el momento, fue una de las películas latinas más aplaudidas por el público de San Sebastián.
"Me saqué una espinita con este filme", dijo ayer el director, en la que también participaron sus actores principales, la colombiana María Cecilia Sánchez, y el guayaquileño Andrés Crespo, de visita en este festival de cine del norte de España para presentar la cinta, que compite en la sección "Horizontes Latinos" de Zabaltegi. Tras la claustrofóbica "Rabia" (2009), rodar "Pescador" fue un proceso liberador para Cordero, quien explicó que, si la primera fue planeada al milímetro para que funcionara el encierro, la segunda es justo lo contrario: "Habla de libertad, de decidir un cambio de vida e ir por caminos diferentes".
El realizador ecuatoriano aprovechó una historia real ocurrida en el mismo pueblo donde rodó la mayor parte de la película, El Matal, cuando un cargamento de cocaína de un barco hundido llega a las playas y los pescadores se reparten el alijo.
Casi todos se conforman con el dinero que el narco les paga por recuperar la droga, pero uno de ellos, Blanquito, quiere empezar una nueva vida y conocer a su padre, un importante político con hijos repartidos por el país, y decide actuar por su cuenta. Al tiempo, Lorna, una preciosa colombiana amante del "rico" del pueblo, llega a un callejón sin salida.
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