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martes, 31 de enero de 2012

Tintín, un filme que es una “montaña rusa de emociones”

Hace tres años Steven Spielberg y Peter Jackson, dos “pesos pesados” de Hollywood, decidieron unir sus talentos y presentar una incomprendida película titulada Desde mi cielo, propuesta muy arriesgada e hipersensible que no tuvo la acogida del público como se esperaba. Sin embargo, estos realizadores volvieron a ser ese tándem de “ensueño” y con Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio, que se exhibe en las principales salas de cine de La Paz (MegaCenter, Multicine y Monje Campero).

Esta adaptación cinematográfica del cómic del célebre Hergé, que esperó casi 30 años para ver la luz, cumple con las expectativas que el cine de animación y aventuras exige en estos tiempos: ser familiar y muy entretenida, sin dejar de lado una buena historia.

Y es que la historieta de Hergé tiene los elementos “aventureros” necesarios para crear una historia épica muy entretenida, porque cuenta con personajes muy bien definidos y una gran motivación: la gran curiosidad de su protagonista, Tintín, un inteligente y hábil periodista de edad no definida, quien junto a sus amigos y mascota (el fox terrier Milú), tienen la capacidad innata de meterse en problemas.

Dirigido por Steven Spielberg y producido por Peter Jackson, este filme debió haber sido realizado hace tres décadas, cuando el director de la saga de Indiana Jones adquirió los derechos de Tintín con el beneplácito del ya fallecido artista y guionista belga Hergé. Pero tuvo que esperar porque en ese tiempo no había la tecnología adecuada para presentarla en el cine.

Esta tecnología a la que en su tiempo se refirió Spielberg es la que hoy se conoce como “captura de imágenes en movimiento”, la misma que desde hace años ha sido utilizada en el cine de animación por uno de los discípulos del mismo Spielberg: Robert Zemeckis, en largometrajes como El expreso polar, Scrooge o la decepcionante Marte necesita mamás.

Ahora, con esta técnica ya mejorada gracias a las computadoras de este tiempo se ha logrado que el curioso Tintín llegue a la gran pantalla con una historia (que en realidad une a tres libros: El cangrejo de las pinzas de oro, El secreto del unicornio y El tesoro de Rackham el Rojo) que es muy agradable a la vista y que gusta al espectador por esa “montaña rusa de emociones”, pese a algunas omisiones que los seguidores de Hergé muy difícilmente olvidarán.

Algunos críticos prefieren no entrar en detalles, pues el hecho de haber omitido a algunos personajes, como el caso del profesor Silvestre Tornasol, pone furiosos a los “tintinianos”.

Además, quienes hayan leído los libros del popular personaje verán también que se han dejado de lado muchas situaciones, dicen los mismos críticos.

Pero se puede justificar a los realizadores de la película porque Tintín -según los expertos- debe llegar a las nuevas generaciones, tanto las que saben de su existencia gracias a la película, como quienes han sido seguidores de este joven periodista, cuya primera aventura se publicó en 1930.

Esta cinta animada con grandilocuentes planos salidos de las viñetas tenía que pagar el precio de ser adaptada al cine, por lo que varios críticos recomiendan a los “tintinianos” puristas no verla, pues así se ahorrarán algunos dolores de cabeza.

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