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jueves, 5 de enero de 2012

“The iron lady”: Meryl Streep se apropia de Margaret Thatcher

Hay unos pocos actores o actrices capaces de hacer cualquier cosa y Meryl Streep es una de ellas. Y también es una de las pocas en poder sostener por sí sola una película, por floja que ésta sea. Y "The iron lady", está en esa situación.

Basada en la tan amada como odiada figura de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, "La dama de hierro", apelativo por el que la política era conocida en su vida en activo, trata de mostrar su lado más vulnerable, su vejez.

Con algunos flashbacks hacia sus inicios y su vida política, Phylida Lloyd ("Mamma mia") dirige una historia que sin la presencia de Streep no tendría mucho interés.

La actriz estadounidense no sólo se mimetiza, si no que se apropia de Margaret Thatcher. No la interpreta, es ella. Y en ello reside tanto la grandeza como la debilidad de un filme que flojea en la base de toda película: su guión.

Abi Morgan, responsable del fantástico guión de "Shame", se enfrenta en "La dama de hierro" con la dificultad de contar al espectador algo que no sepa de un personaje tan público como Thatcher.

El resultado es una historia que comienza y acaba con la "dama de hierro" en su senectud, con apenas unos retazos de otras etapas de su vida.

Lo que deja al espectador con ganas de saber más. Más de lo que había detrás de su imagen pública y menos de la vejez en la que todos nos igualamos y que resulta mucho menos interesante.

La ventaja de Lloyd y de Morgan y lo que proporciona interés a su película es que cuentan con una de las mejores actrices de la historia del cine.

Con 16 nominaciones y dos Óscar - en 1979 como secundaria por "Kramer vs. Kramer" y en 1982 como protagonista por "Sophie's choice", Streep ha demostrado en sobradas ocasiones su talento y su valentía.

Con elecciones que habrían podido hundir la carrera de cualquiera, como "Mamma mia", Streep se ha superado en cada uno de sus papeles sin apabullar, sin endiosarse y sin resultar antipática.

Eso es sin embargo un punto en su contra en este trabajo. Aunque su interpretación es perfecta y sin fallo alguno, su capacidad para gustar a todo el mundo convierte a la Margaret Thatcher real -concitadora de grandes antipatías- en un personaje tan humano como cualquier otro.

El problema es que no es cualquier otro. Es "La dama de hierro", una política que pasará a la historia por muchas cosas, pero sin duda no por su capacidad de generar simpatías.

Lo que sin embargo no quita méritos a una interpretación que pide a gritos el tercer Óscar para Streep. "The iron lady" se estrena mañana en Reino Unido y en las próximas semanas en todo el mundo.

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