De no ser por el hecho de que quien encabeza el reparto, no es otro que el otrora legendario héroe de acción Bruce Willis -que a pesar de los años ha sabido mantenerse vigente, incluso a través de algunas convenientes y muy divertidas autoparodias-, no habría razón alguna para ponerle atención a esta película. Ni siquiera porque cuenta con la participación del luchador reconvertido en actor, Dave Batista, quien ha cobrado cierta relevancia gracias a su afortunada inclusión en el universo Marvel, vía la exitosa y bien lograda Guardianes de la Galaxia. Y es que El plan maestro es una tramposa e inconsistente película de acción que trata de disfrazarse como thriller, pero tiene muy poco de lo primero y, debido a la torpeza de su desarrollo, mucho menos logra funcionar como lo segundo.
Esta producción canadiense -cuyo título original es Marauders- tiene como detonante las acciones de un grupo de ladrones de bancos, cuyo botín terminan destinado a la caridad. En primera instancia el asunto no parece ser demasiado complicado, pero conforme el grupo de agentes del FBI encargados, van profundizando en la investigación, descubren que hay mucho más detrás de todo y al parecer, tanto el dueño de uno de los bancos en cuestión, como algunos de sus clientes más poderosos e influyentes, están involucrados.
Estos son los elementos a través de los cuales el director Steven C. Miller -qué ya antes dirigió a Willis en Extraction del 2015- intenta hilvanar una trama llena de apuntes que, aunque por momentos pueden llegar a enganchar un poco, la mayoría de las veces se quedan como tales, y cuando de pronto adquieren algo de sentido, caen en la obviedad y en salidas descaradamente absurdas, haciendo que la película resulte tan genérica, que después de verla uno siente que ha sido estafado de la peor manera. Al final, pareciera que ese era el verdadero El plan maestro al que se refiere el título, el de apostar por un afán de sorprender siendo tan truculenta e incomprensible, que resulte confusa, quedando a deber incluso como espectáculo, pues además de todo lo ya mencionado, se regodea demasiado en distintas escenas y por lo mismo también resulta bastante aburrida. No por nada en los Estados Unidos pasó de largo en cuanto a su exhibición para la pantalla grande y se fue directo al mercado casero. Bruce Willis, arrastra el prestigio con una producción a todas luces olvidable, en la que por cierto también participa Christopher Meloni, recordado por la serie La ley y el orden.
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