El Cirque du Soleil no necesita, o no debería necesitar, mucha publicidad. Podría buscar palabras que intenten dibujar visualmente lo hermoso que es cualquier cosa que hagan, pero me quedaría corta.
Nacida en Quebec, creada por artistas callejeros, la compañía circense es un espectáculo que lleva su magia por todo el mundo y que cuenta con más de 5.000 artistas.
Con un montón de espectáculos vigentes y alrededor del mundo, James Cameron produce Mundos lejanos, el traspaso del circo a la pantalla gigante, y lo hace en 3D.
Andrew Adamson dirige esta propuesta y condensa siete shows que el grupo tuvo en Las Vegas en 2011.
Una joven mujer llamada Mia busca al Aerialist en un carnaval de pueblo. El destino los separa y cada uno, por su lado, intenta rencontrarse con el otro. Sortean peligros, interactúan con personajes y todo se dirige a un ‘happy end’. Como tiene que ser.
El que quiera ver una película convencional puede salir decepcionado. El hilo narrativo existe, pero está muy difuso. El guion, también a cargo del director (Adamson), echa en falta una mayor unificación de los actos incorporados de O, Mystere, Ka, Love, Zumanity, Viva Elvis y Chriss Angel.
Algunos de los actos más difíciles y espectaculares del circo se presentan ante nuestros lentes 3D. La música subraya cada imagen vista, y a pesar de la desconexión o la forzada unión de elementos, personajes, vestuarios que son uno solo en sus respectivos shows, tus ojos agradecen el momento. Nada importa si podés gozar de un verdadero orgasmo visual
No hay comentarios:
Publicar un comentario