Este ciclo, que ya fue presentado en los meses pasados en las ciudades de La Paz y Santa Cruz, tiene la finalidad de acercar la cultura de ese país asiático a Bolivia y está enmarcado en la Semana Coreana Cochabamba 2013 “Experiencia del Desarrollo Económico Coreano y la Implicación en Bolivia”, que se realiza durante toda esta semana.
En ese sentido, anoche fue proyectada la película “El corredor”, que trata sobre un prometedor corredor de maratones (Joo Man-Ho) que se ve forzado a dejar sus sueños debido a una herida en su pierna y para apoyar a su hermano menor.
Hoy a las 19:00, en el salón del Honorable Consejo Universitario de San Simón, ubicado en el campus central del edificio Multiacádemico (tercer piso), será proyectado el film “Mi novia es una agente secreto”.
Esta película, del director Sin Tae-ra, fue estrenada el año 2009 y trata sobre un grupo del crimen organizado ruso que debe robar un arma química letal guardada en Corea y dos agentes secretos son designados para detener tal operación.
Para mañana a las 19:00, también en salón del Honorable Consejo de San Simón, está previsto el film “El oficial del año”.
El viernes, en el mismo lugar y a la misma hora, se exhibirá “Papá” y el lunes será el turno de “Un sueño descalzo”.
El film “Papá” narra la historia de un manager que va a América para buscar a un director junior que se fugó con una cantante.
“Sin embargo, en este viaje se encuentra inesperadamente atado a un contrato de matrimonio que lo convierte en padre de seis niños adoptivos, de diversas edades, tamaños y colores”.
Cien años de historia
La historia del cine coreano comenzó a principios del siglo pasado, “cuando se proyectó en un almacén de Seúl una película japonesa”, experiencia que propicio --más de una década después-- , exactamente el 27 de octubre de 1919, la realización y estreno de la primera película con temática coreana, “concretamente en el cine Dan Sung Sa.
En recuerdo de esta película, desde 1966 la asociación de cineastas coreanos celebra el 27 de octubre como el día del cine”, según un texto escrito sobre el tema por Migang Chung.
Ya para 1935 el cine coreano experimenta un profundo cambio, ya que las “productoras tuvieron que enfrentarse a la nueva realidad del cine, que exigía instalaciones de rodaje más modernas y mayores recaudaciones de fondos con los que poder preparar las películas como grandes espectáculos” y la democracia coreana, conquistada en los años 90, otorga al séptimo arte de ese país un nuevo impulso.
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