SINOPSIS
Artie, un abuelo a la antigua, está acostumbrado a tener siempre la voz de mando. Él y su esposa Diane, a quien le encanta complacer a los demás, aceptan cuidar a sus tres pequeños nietos, pero se topan con la horma de sus zapatos. Los padres de los pequeños hiperactivos salen a trabajar, dejando a los abuelos con el paquete. Pero cuando los problemas del Siglo XXI chocan con los métodos estrictos, anticuados y amorosos de la vieja escuela de Artie y Diane, todos deben aprender qué es lo que hace que una familia se mantenga unida.
NOTAS DE PRODUCCIÓN
“S.O.S: Familia en apuros, combina la comedia y el drama de la mejor manera”, afirma Billy Crystal, quien interpreta a Artie Decker. “Es de lo que se trata la vida. La película tiene algo para todos”.
En la historia, Artie, interpretado por Billy Crystal, y Diane, papel que corre a cargo de Bette Midler, son “los otros abuelos” de sus tres nietos, es decir, los padres de su yerno tienen una relación mucho más cercana con los niños, que Diane envidia y que por mucho tiempo ha intentado enmendar. Pero las escasas visitas de Artie y Diane a la casa de su hija Alice (Marisa Tomei) han provocado que los releguen a un segundo plano.
“No es que Artie y Diana no quieran a Alice -quien es su única hija- y a sus tres hijos; simplemente no los entienden”, explica Midler. Diane ha renovado esperanzas cuando Alice les pide con cierta reticencia a ella y a Artie que cuiden a sus hijos, mientras ella y su marido Phil (Tom Everett Scott) disfrutan algún tiempo fuera de casa. Para Alice, su invitación es un acto de, bueno, desesperación, sus suegros no están disponibles, por lo que deberá pedir ayuda a Artie y Diane. (La duda de Alice incluso provoca que le salga un salpullido). Pero Diane lo ve como una oportunidad de oro: “El ser abuelo es una segunda oportunidad” de ser parte de la vida de sus nietos y de la de Alice, le dice a Artie, quien está mucho menos entusiasmado de pasársela con unos niños que apenas conoce.
Los sentimientos encontrados de Artie con respecto a esta “segunda oportunidad” se deben parcialmente a un reciente revés profesional. Un comentarista de beisbol de ligas menores por más de 30 años, Artie acaba de ser despedido, situación que le impedirá cumplir su sueño de trabajar en las grandes ligas. Todavía no recuperado de esa decepción, la última cosa que quiere es cuidar a sus nietos. Pero Artie descubrirá a final de cuentas que hay más en la vida que narrar juegos de pelota. “Ha sido despedido de un trabajo que adora, pero después resulta que comienza a encariñarse con sus nietos”, comenta Crystal.
Los métodos del siglo XXI de Alice de criar a sus hijos son hechos posibles gracias a las maravillas tecnológicas de una “casa inteligente”, cuyo diseño corrió a cargo de Phil. Todo en su casa está totalmente automatizado y es interactivo, gracias a una inteligencia artificial que programa todo, desde los horarios de los niños hasta lo que comen, además de ser compatible con el DVR y la cafetera. Pero para Artie, quien está discapacitado tecnológicamente, se parece más a la amenazadora computadora HAL 9000 de 2001: Una Odisea del Espacio, de Kubrick... o peor. “Sólo denos los códigos de lanzamiento y estaremos listos”, dice inexpresivo, cuando ve en acción el programa de la casa inteligente, llamado “R-Life”.
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