En el país, entre 2002 y 2012, se registraron más de 1000 producciones.
En Bolivia se filmaron más de 1.000 cortometrajes en la última década (2002-2012), es decir un promedio de 100 por año.
Para este cálculo se consideró información proveniente de directores, productores, instituciones, iniciativas independientes, concursos y festivales, que tienen un registro de las producciones; sin embargo, existe la certeza de que bastantes filmaciones de todo el país no fueron incluidas en este conteo.
Cifras en la última década. Según Mario Ávila, director de la Escuela de Cine y Artes Audiovisuales (Eca), en ésta se producen un promedio de 50 cortos al año. Lo que representa que en diez años de vida de la institución se tiene cerca de 500 cortos.
Mary Carmen Molina, una de las coordinadoras de “Bolivia en Corto” (un sitio web, catálogo y archivo audiovisual), afirma que tienen registrados más de 300 cortos, a nivel nacional. Molina explica que el archivo, que está resguardado en la Cinemateca Boliviana, también sirve para programar muestras dentro y fuera de Bolivia.
Daniel Calderón, director del colectivo cultural Imaginea y organizador de la Semana Internacional del Corto en Bolivia, señala que en los tres años que se realizó este festival (2010, 2011 y 2012) se recibieron alrededor de 400 cortometrajes, de 14 países de América, Europa y Oceanía, en el que Bolivia, en 2010, participó con 80 cortos (en este año recibió material desde la década del 80). En 2011, el país concursó con 20 cortos y en 2012, se presentaron 38.
Iván Castro, animador, comenta que tiene un archivo con más de 36 cortos nacionales de animación, pero su colección no se limita a 10 años, sino abarca otras décadas.
El Concurso de Cortos Bolivia Europa, organizado por el Grupo Europeo de Cultural, registró un promedio de 21 trabajos desde 2009 hasta el 2011, de acuerdo con su sitio web.
La difultad de hacer y difundir un corto. De acuerdo con directores, gestores, académicos y productores audiovisuales en los últimos 10 años existe un ascenso cuantitativo en la producción de cortos bolivianos, gracias al acceso a la tecnología y a festivales e iniciativas que incentivan su realización; sin embargo, su difusión es insuficiente en el cine y la televisión.
“La difusión es una utopía que se mueve gracias a la buena voluntad de entidades culturales, pero no tenemos un sistema de divulgación sustentable con un banco de cortos nuevos y antiguos, ciclos o cine-debates. Hacer cortos no es fácil, difundirlos menos”, explica Olmos.
A decir del director, el Estado no apoya estas producciones, a los cines no les interesa su difusión y la televisión desconoce su existencia.
Para Diego Pino, director de El General, corto que compitió entre los 10 mejores de Your Film Festival en el Festival de Venecia, afirma que si bien hay festivales y eventos específicos para difundir cortometrajes, faltan canales de difusión y distribución para este formato.
Respecto a la exhibición, Viviana Saavedra, productora y gestora del Bolivia LAB, enfatiza que los cortos deberían estar en la cartelera de las salas de cine, previo a la proyección de un filme. “Son pocos o casi nulos los espacios que se le da en la pantalla grande, salvo contados festivales, nadie apuesta por este formato y su difusión es mínima“.
El director de la Eca, coincide con Saavedra al explicar que cuando los cortos concursan en festivales internacionales, muestran percepciones sobre Bolivia, pero sólo son vistos en lugares concretos.
El valor del corto. Saavedra no considera al corto como el primer paso para el largometraje, porque “muchas veces es más difícil hacer el guión de un corto que el de un largometraje, por la capacidad de síntesis que requiere”.
Pino considera que el corto permite experimentar y descubrir el mundo cinematográfico y destaca que “al corto hay que verlo como un largo, pero de menos duración”.
Tanto Pino como Olmos opinan que los cortos son el inicio en la carrera de un cineasta, ya que su realización genera futuros proyectos y nuevas visiones de la sociedad.
Por otro lado, Delia Yujra, estudiante de la Escuela de Cine de El Alto, quien tiene tres cortos filmado, afirma que este formato le permitió reflejar las necesidades de su pueblo a través de la ficción.
Daniel Calderón dice: “Estos dos años fueron lamentables en largometrajes; sin embargo se estrenaron cortos que superan esa falencia y muestran una nueva generación de cineastas”.
Difusión en salas de cine. Claudio Sánchez, responsable de programación en la Cinemateca, la institución busca valorizar este material con exhibiciones exclusivas de cortos bolivianos. Además, afirma que en la cartelera regular no se proyectan éstos, antes de cada filme, por el tiempo y factores comerciales, pues en las salas se difunden trailers y publicidad antes de cada película. Sin embargo, la institución -por ahora- tiene un Ciclo de Cine Brasileño, todos los miércoles del año, en el cual rotan siete cortos bolivianos antes de cada filme.
300 es el número aproximado de cortometrajes que tiene registrado el catálogo y archivo Bolivia en Corto.
Oros datos
FACTOR ECONÓMICO: Los realizadores, productores y académicos consideran estos datos variables en Bolivia, pues un corto se puede filmar casi “a puro pulmón” como puede llegar a costar hasta 28.321 dólares, como el caso de Desconexión, corto producido por Artistas Latinos, según su sitio web.
Ventajas y desventajas de este formato: Los entrevistados resaltan como ventaja el hecho de ser un formato muy accesible, los costos y el reto de contar una historia en poco tiempo.
Las debilidades se encuentran al momento de la comercialización, pues para un corto es muy difícil competir con otros formatos tanto en Bolivia como en el exterior.
MUESTRAS, FESTIVALES Y CONCURSOS: Concurso Municipal de Video Amalia de Gallardo, organizado por la Oficialía Mayor de Culturas de La Paz, desde 1987/ Concurso de Cortos Bolivia Europa llegó a El Alto, Santa Cruz, Cochabamba, Sucre y Tarija/ Muestra de Video Comunitario organizado por COMPA: “Miradas Juveniles. Mi barrio, mi mundo”, cuya proyección será por primera vez este año. La Semana Internacional del Corto, desde 2010, que también se realiza en Cochabamba.
El Festival de Cine y audiovisual Infantil Kolibrí se organizada hace seis años. En Santa Cruz se desarrolla el FENAVID desde 2002.
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