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martes, 7 de julio de 2015

Corazón de Dragón retrata la vida de 8 niños con cáncer

El filme se estrenará hoy en la Cinemateca, a partir de las 19.30.

Figuras de origami cobran vida y acompañan a Sebas —un niño que libra una batalla contra el cáncer—, en la nueva producción de Paolo Agazzi, Corazón de Dragón, un trabajo que une el documental y la animación con el fin de concienciar a la población acerca de esa enfermedad. La película, que sigue la historia de ocho niños, busca dar más información sobre la idea de que cáncer es sinónimo de muerte, aunque que puede curarse.

El filme, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Culturas, Banco Mundial y el Hospital del Niño "Dr. Ovidio Aliaga Uría", se estrenará hoy en la Cinemateca Boliviana (calle Óscar Soria), a las 19.30.

En La Paz, el documental podrá verse en otras salas, aún por confirmarse y, posteriormente, se anunciarán las fechas para Cochabamba y Santa Cruz.



UNA BATALLA. Sebastián tiene que lidiar desde hace poco más de un año con uno de los tipos de cáncer más raros del mundo. Sólo nueve niños del planeta están afectados por la misma enfermedad: un cáncer al corazón. Incurable.

Su historia y las de otros siete niños con esa enfermedad inspiraron el largometraje documental Corazón de Dragón, el filme de Paolo Agazzi que posteriormente colocado en cartelera para recaudar fondos destinados al Hospital del Niño.

Según Agazzi, el filme busca conocer algo más de lo que realmente es el cáncer, bajo el concepto de que el cáncer, bajo ciertas circunstancias, parámetros y condiciones, puede curarse.

No obstante, el realizador tomó el caso de ocho menores del Hospital del Niño cuyos padres no tienen seguro social, lo cual hace "la diferencia sustancial".

A su vez, y con el fin de que no sea el típico documental, "porque hay un concepto que el documental es medio aburrido o científico", el filme incluye música y animación. Por ello, se empleó la técnica del stop motion con figuras de origami, principalmente porque ese arte es la pasión de Sebas, el niño sobre el que gira la historia.

El empleo de la animación fue un recurso para que el documental sea atractivo visualmente y, además, para equilibrar lo duro de la temática.

"Esta experiencia ha sido muy dura, muy dolorosa y nos ha cambiado la vida a todos los que hemos participado. Sobre todo porque algunos de los niños lamentablemente ya no están. Para hacer un trabajo como éste se necesita un corazón de dragón, yo no lo tengo", aseguró el cineasta, respecto a las características de su primer documental.




HOMENAJE A UNO DE LOS NIÑOS. En la presentación de Corazón de Dragón, realizada ayer en el Ministerio de Culturas, Paolo Agazzi recordó que uno de los niños que participó en el largometraje le manifestó su deseo de conocer el mar, pero que lamentablemente murió sin cumplir su sueño.

"En memoria de ese niño y de todos los niños que están enfermos, digo mar para bolivia para todos nuestros niños", expresó, como un homenaje.

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