Alejandría (Egipto).- Aida Folch, una de las actrices jóvenes con más proyección del cine español, se declara una “chica Trueba” y enamorada del cine con fondo social pero, en una entrevista a Efe, revela que está abierta a todo tipo de películas e incluso ha intentado ponerse en la piel de una “chica Bond”.
“Yo me considero su chica, pero él no me considera su chica, me lo ha dicho más de una vez. Él se ríe con ese tema, dice que no quiere cerrarse posibilidades, cosa que a mí me da bastante rabia”, dice Folch en tono de broma en alusión a Fernando Trueba, cineasta que la descubrió y con el que se entiende “muy bien” trabajando.
De la mano de Trueba debutó en el cine a los 14 años de edad en El Embrujo de Shanghai, después rodó El Artista y la Modelo, que le valió una nominación al Goya a mejor actriz y, según desvela a Efe, el año que viene tiene previsto filmar un nuevo largometraje junto a él.
Folch, que ha acudido a la ciudad egipcia de Alejandría para recoger un premio a su trayectoria profesional en la 33 edición del Festival de Cine de los Países Mediterráneos, asegura que se siente “más a gusto” con el cine independiente, social y de autor, como actriz y como espectadora, y prefiere el cine europeo.
Por ello, dice que le gustaría seguir por esa trayectoria que está transitando, aunque asegura que está “abierta” a otros géneros y trabajar en otros países con intención de “enriquecer” su carrera.
Asegura que le han llegado ofertas para participar en audiciones para una película de James Bond y otras de los hermanos Coen y de Steve McQueen, pero no ha sido seleccionada.
En inglés ya ha rodado una cinta estadounidense independiente que se llama Nameless, un thriller psicológico todavía por estrenar, y ahora está trabajando en una comedia británica, I love my Mom, dirigida por Alberto Sciamma.
A lo largo de la entrevista, Aida Folch también tiene palabras de recuerdo para Jean Rochefort, el gran actor francés fallecido el pasado lunes, con el que coprotagonizó El Artista y la Modelo, una experiencia que para ella fue “un auténtico regalo”.
“Me enseñó mucho por la pasión que le pone a su edad a cada uno de los personajes, me contó miles de anécdotas de su trayectoria, de su carrera con Jean Paul Belmondo, era una persona que quería mucho. Solía visitarle en París. Justo le llamé la semana pasada para decirle que iría pronto. No me dio tiempo a despedirme de él. Ha sido una persona con la que ha sido un lujo trabajar y le voy a echar mucho de menos”, comenta.
Preguntada por la crisis política catalana, la actriz nacida en Reus (Tarragona) apela al diálogo y critica la “política del miedo y de la represión” con la que considera, “no se puede decir nada”.
Ante todo, pide que no se use la política para dañar a la cultura, como ocurrió en 2015 cuando Fernando Trueba sufrió una dura campaña de boicot contra su película La Reina de España por haber declarado que no se sentía español.
“No creo en fronteras ni en muros, espero que todo el mundo y todos los ciudadanos sigan disfrutando del cine y, sobre todo, que no se moleste a la cultura, que es algo muy necesario y que forma parte de nuestra historia y que tiene que poder llegar a todo el mundo. Un gobierno debería de tenerlo en cuenta porque es algo intocable”, sentencia.
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