Reveka es el título de la producción de los dos realizadores belgas, que se estrenará el lunes 28 en la Cinemateca.
Una película, de sensación más que de explicación, acerca del trabajo minero es como se presenta Reveka en Bolivia. El trabajo de los documentalistas belgas, Benjamin Colaux y Christopher Yates, expone los sentimientos de los trabajadores de la concesión de Reveka, del Cerro Rico de Potosí.
El documental es una propuesta que transporta al espectador al interior de la mina, pero sin la intervención de luz extra. Esto, con el propósito de conseguir una mayor asimilación del entorno, donde la oscuridad juega el papel principal y la aceptación de la muerte es parte del trabajo minero.
En La Paz, el documental se estrenará el próximo lunes 28 en la Cinemateca y contará con la presencia de los directores, además de cinco de los mineros que participaron en el filme.
HISTORIAS. Viajar, ver, sentir, y filmar, son las actividades que Colaux (34) y Yates (36) unen desde 2003 -cuando se graduaron de la escuela de cine en su país-, para realizar documentales. "Es lo que hacemos juntos todo el tiempo", aseguró el primero de ellos.
Sus exploraciones por varios países del mundo los trajeron a Bolivia en 2002, cuya parada de dos días en Potosí, se convirtió en el tema para un nuevo trabajo. Esta vez, como "un viaje introspectivo y epidérmico sobre el trabajo minero y los cuentos que se transmiten de generación en generación".
En su primera visita al Cerro Rico, cuenta Colaux, ambos conocieron a los mineros de la concesión Reveka, y cuando tuvieron la oportunidad de entrar a la mina, varias sensaciones se apoderaron de ellos.
"Sentimos lo mismo que cuando se ve la luz sobre la piedra y en las caras blancas por el polvo. Vimos fantasmas. Ambos sentimos lo mismo. Escribimos eso en el diario por la noche y al compararlo, era igual”.
Varios años después, en 2010, llegaron a sus manos cámaras para filmar con poca luz. "Dijimos, ahora es el momento de regresar a Potosí y filmar el trabajo minero sin otra luz que la de los cascos".
El documental no tiene entrevistas, sino más bien sigue a los protagonistas y su sentir durante sus largas jornadas de trabajo, además de las dificultades y el miedo.
"Más que mostrar a los mineros, quisimos exponer qué es lo que siente un minero. No como un europeo pude verlo, sino mostrar la realidad de su trabajo. Por eso filmamos sin luz, eso hace que uno se sienta adentro de la mina", según Yates.
La importancia de no emplear luz extra fue porque el filme busca poner al espectador adentro de la mina. "Otros documentales usan luces y es como si se ocultara el sentimiento. Cuando hay luz se puede ver todo y no hay miedo. No se siente igual".
Es así que el trabajo, filmado en siete meses, expone la omnipresencia de la muerte.
500 AÑOS DESPUÉS DE LOS PRIMEROS COLONOS ESPAÑOLES, mineros bolivianos siguen cavando las entrañas del Cerro Rico, que amenaza con derrumbarse. Día tras día, luchan por encontrar su lugar entre los miles de fantasmas que, como ellos, han violado la montaña sagrada; dice la sinopsis del documental.
EXHIBICIÓN. Aunque el filme se estrenará oficialmente en 2016, previamente se decidió exponerlo en Bolivia. Inicialmente estará en Potosí, este fin de semana. El lunes podrá vérselo en La Paz y el 1 de octubre llegará a Sucre. En el exterior, será presentado en un festival en Bélgica, –––mientras los directores esperan respuestas de festivales de clase A.
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