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miércoles, 22 de abril de 2015

Tribeca va a los toros con Antonio Barrera y su fascinación por la muerte

Antonio Barrera no fue el mejor torero de su tiempo, pero su espíritu de superación, su carrera llena de cornadas y su fascinación por la muerte son el material perfecto para una película. Así lo pensaron el periodista Geoffrey Gray y el director Ido Mizrahy, que decidieron seguir a Barrera en su última corrida y plasmarla en Gored, un documental estadounidense que estos días se estrena en el Festival de Tribeca.

“Aunque (el taurino) es un mundo fascinante por muchas razones, desde el punto de vista de una narración creía que sus motivaciones y el intentar entenderlas eran un desafío que merecía la pena”, explica Gray en una entrevista con Efe.

Un articulo suyo sobre Barrera, considerado el matador más corneado de la historia reciente, fue el embrión de Gored, que inicialmente iba a ser un corto centrado sólo en su última aparición en los ruedos, pero que finalmente creció hasta los 76 minutos para explorar todo lo que rodea a la figura del torero sevillano.

“Es una película sobre un hombre y sus sueños”, asegura Gray, quien destaca que las limitaciones de Barrera como matador son precisamente las que hacen de él un personaje con el que cualquiera puede identificarse.

Porque lejos de ser una gran estrella de la tauromaquia, el torero se retiró en 2012 tras una carrera discreta y sin grandes triunfos en las principales plazas, lastrado entre otras cosas por más de una veintena de cogidas.

“En España nadie entiende por qué hemos hecho esta película”, bromea Gray, quien recuerda que el público español busca por encima de todo “emocionarse” con el arte del torero y no está tan interesado en el valor o el espíritu guerrero que, por ejemplo, sí gustan mucho en México, donde más éxito tuvo Barrera.

Para el productor y guionista de la cinta, si el sevillano tuvo una carrera fue precisamente por esas particularidades de la afición mexicana, que valora al que no se rinde, al que busca ir más allá de sus propios límites, un espíritu que conecta además con el amor de los estadounidenses por las historias de superación.

La película repasa la trayectoria de Barrera, pero sobre todo se fija en los aspectos más personales, como su extraña relación con la muerte.

En un momento del filme, Barrera asegura haber “perdido el respeto a la muerte” tras una de sus primeras cogidas y sus ojos se iluminan siempre que habla del riesgo de las corridas.

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