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martes, 7 de junio de 2011

Jorge Sanjinés reivindica las revoluciones en su nueva cinta

Producción: Bolivia insurgente, título de la película, se halla en sus últimos días de rodaje.

Bartolina Sisa, Gregoria Apaza y Andrés Túpac Amaru, personificados por noveles intérpretes, encabezan una tropa de alrededor de 200 personas que llegan a La Paz, con un imponente Illimani de fondo, para sumarse al cerco de Túpaj Katari. Jorge Sanjinés, el realizador boliviano más conocido a escala mundial, rueda su nueva película en la ladera próxima a Amachuma y el despliegue es impresionante.

Se prevé que la cinta sea estrenada en octubre, pues ya se encuentra en su última semana de producción, que se inició el 21 de marzo. Por el rodaje de Bolivia insurgente, décimo largometraje de Sanjinés y que pretende ser un reconocimiento a los distintos levantamientos armados de los pobladores del país, desde la época colonial hasta nuestros días han pasado ya como 2.000 extras y tiene un equipo técnico de 60 profesionales bolivianos.

Alejandro Zárate, asistente de dirección, explica que “hay una puesta en escena de varios momentos de la historia del país donde los indígenas protagonizaron la insurgencia en busca de la soberanía”.

Ayer, mientras el sol altiplánico estaba en su cénit, se grababa con dos cámaras Red el movimiento de la tropa encabezada por las dos mujeres y el varón que acompañaron el alzamiento de Katari en 1781. Juan Pablo Urioste, director de fotografía, controla una de las cámaras, la que está montada en la grúa; entre tanto, Oliver Beiro opera la que está sobre el carrito que corre sobre rieles.

TROPA DE EXTRAS. El apoyo del Ejército Nacional es poco menos que invaluable. No sólo por los 200 soldados que forman la tropa que llega a respaldar el cerco, sino por los 20 caballos que participan en ella, prestados tanto por el Regimiento Ingavi como por el Colegio Militar del Ejército.

Controlar a los equinos es tarea de especialistas, por ello sus jinetes son también parte del cuerpo castrense. Pese a ello no se pueden evitar ciertas lesiones, como la patada que “Toro” le dio a uno de sus congéneres o la ruptura de pezuña de otro.

Mientras Jorge Sanjinés, abrigado con una parka, sombrero, bufanda y lentes oscuros, al punto de semejar un bere bere, se refugia en la carpa improvisada con telas negras que le han construido para ver las tomas, el equipo sigue con la puesta en escena de situaciones que nunca antes habían sido hechas por el cine nacional.

“La historia de Zárate Willka, un poco de Manuel Asencio Padilla y Juana Azurduy, el rescate del cacique Apiaguayki Tumpa o el educador aymara Eduardo Nina Quispe” son rescatadas en Bolivia insurgente, que se grabó en Chuquisaca, Cochabamba y La Paz. En la postproducción se utilizarán, asimismo, imágenes de archivo, como las de la “guerra del agua” en 2000.

Este domingo finalizan el rodaje y tocará aguardar su estreno.

Para destacar

Sanjinés rescata una vez más a los pobladores originarios, aunque se aproxima al presente.

La cinta intenta ser una respuesta para comprender el momento actual del país.

El costo total se estima en 600.000 dólares. Parte de la posproducción se hará en Venezuela.

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