Con 11 millones de copias vendidas en todo el mundo, La chica del tren se ha consagrado ya como uno de los fenómenos literarios de ventas más comentados de esta década. Construido en un tono similar al de otro best-seller convertido en largometraje recientemente -Pérdida de Gillian Flynn-, este relato cuenta la historia de Rachel (Blunt), quien tras una fallida relación se ha entregado al alcohol y debe afrontar constantemente el recuerdo de su fracaso amoroso, ya que el tren que toma todos los días para ir a trabajar pasa muy cerca de la casa donde vivió con su ex marido.
Una mañana, Rachel despierta aturdida... tiene la sensación de que algo malo ha pasado. ¿Está paranoica o es su imaginación? Pronto se hará pública la extraña desaparición de Megan (Bennett), una mujer a la que Rachel ha visto varias veces a distancia y con la que se obsesionará, investigando qué pudo haber sido de ella. ¿Será que hay conexión entre Rachel, su alcoholismo, sus cotidianos viajes en tren y la mujer desaparecida?
La ganadora del Golden Globe, Emily Blunt supo del fenómeno literario de La chica del tren casi desde su génesis, pues su hermana es agente literario. La actriz recuerda que su hermana le comentó que todo mundo estaba leyendo la novela. Al darse cuenta que se había convertido en el número uno de ventas, Blunt lo compró: “pude ver gente leyéndolo en el metro y en el avión. Así que advertí el tsunami de interés antes de que fuera abordada por los productores (de la película). Cuando me preguntaron si estaba interesada en participar, ahí fue cuando leí el libro. Y lo leí en dos días”.
Blunt define este atractivo filme como una historia sobre “lo que pensamos que vemos y no vemos, lo que pensamos que recordamos y no recordamos”. Lo interesante será ver si la pieza cinematográfica logra contagiar al espectador de dudas, de esa sensación de desasosiego emocional, esa inquietud sobre lo que pasó o lo que pudo haber pasado... aspectos que son sustanciales en la novela.
¡LUCES, CÁMARA, THRILLER!
Paula Hawkins había escrito varios libros “en la sombra” mientras trabajaba de periodista, pero La chica del tren fue la primera novela que publicó bajo su propio nombre. Salió a la venta en enero de 2015 y rápidamente se convirtió en un éxito de ventas, con más de 15 millones de copias vendidas en todo el mundo. La chica del tren se colocó en lo alto de la lista de ventas de The New York Times en su primera semana. De hecho, encabezó la lista durante gran parte de ese año. En 2015 fue el libro en papel más vendido, el libro más deseado y el libro digital más vendido en Amazon, y Hawkins fue nombrada Autora del año por USA Today.
La fuente de inspiración para esta apasionante historia sobre testigos que se convierten en sospechosos fueron sus experiencias yendo a trabajar todos los días en tren desde las afueras al centro de Londres. “El tren se averiaba siempre en uno de los trayectos y me quedaba absorta mirando los bloques de pisos. Solía poder ver lo que estaba pasando en el salón de alguien”, recuerda. “Ojalá hubiera visto algo interesante algún día, pero nunca pasó nada. Aún así, esas experiencias plantaron la semillita para la novela”.
La historia se articula a través de la perspectiva de tres mujeres, aunque la voz cantante la lleva Rachel, una chica de treinta y tantos años que coge el tren todos los días para ir a trabajar. Su vida es un desastre, su matrimonio se ha acabado y su problema con la bebida le ha costado el trabajo, pero va al centro a diario para que su compañera de piso piense que lo tiene todo controlado. Y así, Rachel empieza a obsesionarse con la vida de los demás mientras da tragos furtivos a una botella de agua llena de alcohol.
En la versión impresa, Rachel está tan al límite de su alcoholismo que la bebida nubla sus recuerdos y también alimenta su paranoia cuando empieza a temer que pueda estar relacionada con la desaparición de Megan. “En ese momento descubrimos que Rachel no es un testigo muy fiable y que tiene un montón de problemas que la vinculan con la historia”, comenta Hawkins. “La pérdida de memoria está íntimamente ligada con la noción que tiene de sí misma. Se deja llevar por el sentimiento de culpa y responsabilidad porque no recuerda los hechos”. Pero Hawkins ve a su protagonista como una mujer fuerte a pesar de la situación tan dramática en la que se encuentra. “Según va avanzando la trama vamos viendo que Rachel se impone a las circunstancias”.
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