La austriaca Nikki Schuster está en Bolivia hace dos meses y desde los primeros días de marzo trabaja en Cochabamba con los niños de la Fundación Enseñarte, desarrollando unos cortos de animación.
Estos trabajos serán presentados mañana en el mARTadero, desde las 16:30. Pero hoy a las 19:00, en la Libre del Cedib, Nikki dará una charla sobre el modo en que realiza su trabajo. Además, exhibirá varios de los trabajos que ha hecho y con los que ha ganado varios premios en Argentina y Austria.
“Si piensas en animación normalmente piensas en dibujos, pero yo no sé dibujar”, dice Nikki que hace 14 años comenzó primero estudiando arte en Viena y hace algún tiempo que se dedica a elaborar animaciones en base a objetos diversos, como plantas o basura.
“Una vez hice una película que se llama ‘Microfobia’, solamente con plantas y después pensé en basura, porque basura hay en todo el mundo y por eso inventé este proyecto donde me voy a diferentes ciudades. He hecho una película en Berlín, otra en París, en Taipei, Taiwan y Buenos Aires” y que forman parte de su serie “Recyclers”.
Ahora que está en Bolivia viajando por varias localidades como Uyuni, Aiquile y Tarata, entre otras, Schuster está sacando fotos de casas abandonadas y recolectando basura que le parece interesante para realizar su próximo trabajo.
“Voy a regresar a mi país con un bolso lleno de basura para hacer una animación”, dice.
Talleres con niños
Su primer taller con niños lo ofreció en Francia en octubre del año pasado y el taller que hace con los niños de Enseñarte es el segundo de su carrera y que además tiene carácter voluntario.
“Para mi fueron muchos niños –dice Nikki Schuster–. Entendí que ellos no están acostumbrados a la animación porque es mucha concentración. Así, el primer día buscamos basura y el segundo día grabamos sonidos de Quillacollo, de la calle, y música. También sacamos fotos de fondos y con este material hicimos un corto que estoy terminando de editar porque es un trabajo con computadora, pero el viernes está listo para la muestra en el mARTadero”.
“Para ellos fue algo muy nuevo porque han podido ver la ciudad de otra manera, ver qué basura hay, qué fondo, qué sonido hay y eso a mí me gusta mucho porque puedo cambiar la conciencia de los niños”.
Fundación Enseñarte
“El trabajo de Nikki no es sólo el tema de la basura y el reciclaje, para nosotros ha sido importantísimo no sólo por el hecho de la actividad artística con niños, sino por la concienciación social y más en el área de Quillacollo, donde el tema de la basura es realmente grave”, dice Pablo Cerezal, director de la Fundación Enseñarte.
Además, de la organización estadounidense Performing Life que trabaja hace ocho años en la localidad de Quillacollo, Enseñarte tiene un hogar de acogida donde actualmente viven 30 niños de zonas como Vinto y Montenegro.
Estos menores han sido rescatados de la calle o de hogares conflictivos y el éxito de este proyecto, según Cerezal, es que han logrado reinsertar a sus familias a varios niños pero el 90 por ciento sigue trabajando.
La Fundación Enseñarte tiene un proyecto de educación no formal para los niños que son parte de este hogar; proyecto que se está poniendo en marcha a través de un convenio con la Universidad Complutense de Madrid (España), mediante el cual estudiantes de Educación Social llegan a Cochabamba para dar apoyo escolar a los chicos. También reciben capacitación en artes circenses y teatro, y Enseñarte pronto inaugurará un proyecto de artes en Tarata.
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