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lunes, 8 de diciembre de 2014

Trayectorias del cine boliviano: Las 12 películas fundamentales



La carrera de Literatura de la UMSA, con el auspicio del Ministerio de Culturas, publicó una serie de investigaciones sobre cine, con el objetivo de dar a conocer las 12 películas bolivianas fundamentales.

¿Qué implica escoger entre todos los filmes producidos en nuestro país a los que deberíamos considerar como fundamentales? En una primera instancia se trata de un simple ejercicio de valoración: hay ciertas cintas, más que otras, que solicitan nuestra atención. Esto es así porque de alguna manera estos filmes permiten tener una mirada de conjunto de nuestra filmografía. De cierta forma, las 12 películas constituyen nuestro cine clásico.

En ese sentido, la lista permite detectar los conceptos formales y discursivos que maneja el cine boliviano, permitiendo trayectorias de lectura.

Detrás de la lista, por tanto, hay un concepto sobre lo que es nuestro cine, centrado, a juzgar por los filmes seleccionados, en el concepto de identidad.

Pero una lista siempre tiene peligros, es un conjunto cerrado, que privilegia ciertas lecturas, ciertas concepciones del cine y de su historia, cerrando otras vías. La historia del cine no es solo la de las películas, sino también de los modos de producción, de los discursos, de su público.

Por tanto, diferentes perspectivas sobre el cine (que no necesariamente se centran en el concepto ambiguo de autor) abren la posibilidad de considerar otros filmes como fundamentales.

De ahí que la lista, más que concebirse como una entidad cerrada y proclive a ser impuesta (por ejemplo, en las escuelas), debe ser vista como un reto: para trazar nuevas vías, para proponer nuevos conceptos sobre el cine. Toda lista de este tipo cumple su función en cuanto es cuestionada, dinamizada.

Pistas

12 cintas fundamentales

Los filmes más relevantes de nuestro cine según la lista son: Wara Wara (Velasco Maidana, 1930), Vuelve Sebastiana (Ruiz, 1953), Chuquiago (Eguino, 1977), Mi socio (Agazzi, 1982), Cuestión de fe (Loayza, 1995), Dependencia sexual (Bellot, 2003), Lo más bonito y mis mejores años (Boulocq, 2005), Zona Sur (Valdivia, 2009) e Yvy Maraey-Tierra sin mal (Valdivia, 2014) y La nación clandestina (1989), Ukamau (1966) y Yawar Mallku (foto, 1969), de Jorge Sanjinés.

Concepto de identidad

En los filmes propuestos por la carrera de Literatura hay una línea en común: la búsqueda de la identidad boliviana. Eso explica el hecho de que el nombre del director Jorge Sanjinés aparezca varias veces en la lista, pero también las cintas de Juan Carlos Valdivia (foto). Ambos, desde aristas diferentes, hicieron del cuestionamiento de la identidad algo central en su obra. También aparece esta temática en cineastas tan dispares como Bellot o Agazzi.

Historiografía del cine nacional

La lista permite tener un plano de conjunto sobre la historia del cine boliviano. Sin embargo, existe el peligro de que estos filmes aparezcan como entidades abstractas, como simples nombres. Es por eso que los historiadores del cine boliviano tienen mucho por hacer: falta comprender nuestro cine a partir de las estéticas propuestas, los modos de producción o las relaciones discursivas que entablan las diferentes obras.

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