La nueva película de animación El principito, presentada fuera de concurso en Cannes de este año, no pretende ser una versión más de una historia archiconocida, sino retratar cómo el libro afecta a quienes lo leen y acercarlo a quienes aún no lo han hecho.
Dirigido por Mark Osborne, realizador de Kung Fu Panda, el filme cuenta la historia de una niña cuya madre ya ha planificado cada minuto del futuro de su existencia, encaminada a obtener el éxito en los estudios y después el profesional.
La pequeña conocerá pronto a su nuevo vecino, un excéntrico aviador que le introducirá en el mágico mundo de El principito y que la ayudará a mirar a las estrellas de una forma distinta.
La película está rodada con dos técnicas muy diferentes para los dos relatos paralelos: por un lado se utilizó la animación por ordenador para narrar la “realidad” de la niña y el aviador, mientras que para los fragmentos que reconstruyen la historia original del libro se utilizó la animación o “stop motion”.
El resultado es una bella película, más dirigida a un público infantil que adulto, que logró un prolongado aplauso en su estreno en el Festival de Cannes.
DE LA LITERATURA AL CINE
“El libro era especial en mi vida. Mi mujer me lo regaló hace 25 años cuando estábamos en la universidad. Ella solía citarlo a menudo y cuando leí un ejemplar por fin lo entendí todo. Soy muy consciente del poder del libro y de que se convierte en parte de tu vida, por eso al principio dije que no al proyecto”, dijo Osborne en rueda de prensa.
Sin embargo, los productores consiguieron hacer cambiar de opinión al director, que solo accedió tras exigir que el relato se inscribiese dentro de una historia más amplia, como así sucedió finalmente.
“Para mí, esta era una forma de proteger el libro y acercarlo a las nuevas generaciones”, explicó el realizador, que buscó el visto bueno de los herederos del autor del texto, el francés Antoine Saint Exupery.
“Estaba muy preocupado por que la familia me diese su bendición. Los visité hace dos años para enseñarles el proyecto y ellos me aplaudieron y me dieron su apoyo total. Fue un momento emocionante que me hizo echarme a llorar”, reconoció Osborne.
La película cuenta con un elenco de superestrellas para dar las voces a los personajes en su versión en inglés, aunque solo estuvo presente en Cannes la pequeña Mackenzie Foy. Junto a ella, participaron Jeff Bridges, Rachel MacAdams, Paul Rudd, Marion Cotillard, James Franco o Benicio del Toro.
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