Basada en la historia real de una mujer irlandesa cuyo hijo de tres años fue vendido por las monjas del convento en el que su padre la encerró al quedar embarazada.
Philomena (Dench), quien ahora es una anciana viuda, vive en Londres con la hija de un post-matrimonio. Al cumplirse 50 años de que las monjas le arrebataron a su hijo, Philomena, no puede callar más y decide confesarle a su hija su secreto. Philomena era en los años 50 una adolescente de clase humilde en Irlanda que, al ignorar todo sobre sexualidad, fue seducida en una relación casual. Al quedar embarazada, su padre la encerró en un convento para ocultar su “condición” y su vergüenza. Como era tradicional en estas instituciones, Philomena trabajaba para pagar su estancia y los costos de su parto y después, de la manutención de su hijo. Cuando el pequeño cumplió tres años, sin consultarle, las monjas lo dieron en adopción. Al enterarse de ese pasado que le causa tanto dolor a su madre, la hija de Philomena pide ayuda a un periodista caído en desgracia para encontrar al niño arrebatado por la fuerza.
Steve Coogan (quien también coescribió el guion), interpreta a dicho reportero: Martin Sixsmith, un excorresponsal de la BBC en Moscú y en Washington que abandonó su profesión para trabajar como asesor en el gobierno. Por un escándalo, Sixsmith se ve obligado a renunciar. Cuando la hija de Philomena le propone que ayude a su madre a encontrar al niño dado en adopción, Sixmith ve la oportunidad de revivir su carrera y redimirse profesionalmente.
Es en buena medida gracias a Sixmith que la película alcanza un buen balance entre el melodrama y la comedia. Sixsmith se embarca en un viaje que los llevará a Irlanda a tratar de sacar información de las monjas, quienes aseguran que, aunque quisieran, no puede darles nada puesto que todos sus records de la época se quemaron en un incendio. Da la casualidad que el papel firmado por Philomena rechazando su derecho a saber el paradero de su hijo, sí se salvó de las llamas y las monjas no tienen reparo en enseñárselo. Lo único que Sixmith alcanza a investigar es que el niño fue dado en adopción a unafamilia en Washington.
Sixmith y Philomena emprenden juntos el viaje hacia Estados Unidos. La improbable relación que se establece entre estos dos personajes diametralmente opuestos es el verdadero centro de la historia. Philomena es una mujer sencilla, de gustos e ideas simples, pero de fe inquebrantable. Sixmith es un intelectual que estudió en Oxford, pero un hombre desencantado y cínico. Sixsmith usa lo que le hicieron las monjas a Philomena como el ejemplo perfecto de por qué no cree en Dios. Philomena, sin embargo, sigue siendo una ferviente católica y no guarda rencor.
Aunque el filme está diseñado para que junto con los protagonistas, la audiencia vaya descubriendo poco a poco las pistas que llevaran al paradero del hijo de Philomena, el hallazgo más importante es el que hace Sixmith en la convivencia diaria con la anciana de una diferente postura ante la vida. Aunque la actuación de Dench llame más la atención, es Coogan quien debería llevarse las palmas. El cómico británico logra hacer de un personaje cuya función única seria ser un contrapeso para la dulce y generosa Philomena, a un hombre multidimensional, cuyo duro exterior esconde una gran integridad y fibra moral.
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