El ministro de Culturas, Pablo César Groux, reconocerá a 39 actores y 38 técnicos bolivianos de arte, fotografía y cámara que participaron en la última película de Mateo Gil, Blackthorn. Sin destino, la ceremonia se realizará hoy a partir de las 19.30 en el Palacio Chico del Ministerio.
El rodaje se adentra en parajes exóticos y maravillosos de Bolivia, un país poco explotado cinematográficamente, pero con un atractivo y encanto especial. El director de producción del filme, Andrés Santana, quien recientemente se llevó el Goya en su categoría, explica la increíble odisea de un rodaje de cuatro meses en el país latinoamericano.
En el equipo, César Morón, coordinador de arte; Freddy Delgado, encargado de luces; Patricia Quintanilla, jefa de producción; y Pilar Groux, supervisora de vestuario; son los profesionales técnicos que trabajaron con el famoso cineasta Paolo Agazzi y pusieron en alto la calidad cinematográfica de nuestro cine en medio de otras grandes producciones del ámbito.
El coordinador de arte, César Morón, explicó que el movimiento técnico en su área se produjo gracias a un equipo dinámico y especializado.
“Nosotros contamos con uno de los mejores equipos de profesionales y especialistas, encabezados por Juan Pedro, director de arte. La coordinación de ambientación estuvo a cargo de Ángela Nahun, quien radica en España. Más o menos llegamos a unas doce personas, el 95 por ciento bolivianos, pero indirectamente llegamos a tener más de 50 obreros trabajando en una sola área de arte”, comentó.
En esa línea, Paolo Agazzi mencionó que para la producción técnica de Blackthorn hubo un gran despliegue de personal y medios técnicos.
“Una dificultad adicional fueron los caballos, y el hecho de que el rodaje se llevó a cabo en muchas locaciones diferentes (…) La logística se volvió en algo muy complejo”, explicó. Por su parte, Patricia Quintanilla, jefa de producción, destacó el memorable trabajo del primer asistente de producción, Fredy Rocha, recientemente fallecido.
“La película le debe uno de sus caracteres protagónicos, los caballos. Falleció recién y es importante subrayar su contribución personal y profesional”, añadió.
LOS PROTAGONISTAS
César Morón
Coordinador de arte
Este proyecto viene después de haber rodado la película También La lluvia, la productora no era la misma, pero provenía de España, Juan Pedro de Gaspar ya trabajó con nosotros y la sinergia fue indisoluble al igual que la mística.
Freddy Delgado
Foquista
Me siento muy feliz de haber participado en esta gran producción. Tengo que mencionar que participaron alrededor del 80 por ciento de técnicos bolivianos, por lo que es un privilegio saber que nuestro trabajo es reconocido y gratificado.
Pilar Groux
Supervisora de vestuario
Cuando el proyecto llegó a manos de Paolo Agazzi (un año antes) se generaron muchas expectativas, siempre existe la posibilidad de ser parte o no. Mis probabilidades no eran muchas dado que el actor principal habla inglés y yo no.
Paolo Agazzi
Productor
El éxito de la película Blackthorn, de Mateo Gil, indica que hay una buena calidad de profesionales bolivianos en cinematografía y que está al nivel exigido por premiaciones tan importantes como los Goya
Sin destino, por mágico sur boliviano
Si hay un lugar en el mundo capaz de dejar con la boca abierta a cualquiera, Sam Shepard incluido, es el salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo. Está situado en Potosí, al suroeste de Bolivia, y tiene una superficie de 12.000 kilómetros cuadrados, a los que no son nada fáciles llegar.
Quizás la mejor forma sea tomar uno de los únicos trenes del país que sale de la ciudad de Oruro y que va directo a la Argentina. Otra es llegar por un camino de tierra.
Sin embargo, más complicado es aún adentrarse en el salar. Si alguno piensa que por sí solo, a lo Butch Cassidy, puede atravesarlo, que sepa que esta tarea es “bastante complicada”, como dirían los bolivianos, y que familias enteras se han perdido en la inmensidad del antiguo lago salado.
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