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sábado, 15 de diciembre de 2018

Jorge Sanjinés, el cine como una lucha constante por los pueblos


Exponente del cine militante (¿existe un cine no militante, no político?, digamos ¿un cine imparcial?, ¿existe una cosa así?), Jorge Sanjinés fue el primero de los cultores del séptimo arte boliviano en descubrir a las naciones clandestinas, aquellas que el artículo 14 de la primera Constitución Política del Estado de nuestro país había barrido de un plumazo de la historia nacional.
En los años 60, 70, 80 del siglo XX, mientras los revolucionarios de las universidades del país buscaban hacer la revolución desde sus residencias en Sopocachi y los gringos estrenaban Rocky 1, 2 y 3 para derrotar a los negros y a los rusos, e inventaban a Rambo para ganar en el cine la guerra que en Vietnam habían perdido, Sanjinés ya había escrito y filmado Ukamau (1966), Sangre de cóndor (1969), El coraje del pueblo (1971), El enemigo principal (1974) y Las banderas del amanecer (1985).
Cada una de sus películas es una invitación a desterrar 500 años de colonialismo interno, un grito de alerta, una canción de amor a la vida.
¿Quién le debe a quién? ¿Don Jorge le debe al Estado o al revés?
En 1969, el Gobierno nacional había instruido a un grupo de médicos gringos visitar las comunidades del país para esterilizar a las mujeres. “Son sólo pastillas, hija, tómatelas”, esos médicos eran miembros de la Alianza para el Progreso, antecesora de USAID.
Jorge Sanjinés lo denunció a través de la película Yawar mallku (1969). Nunca más pudo dormir en la misma casa.
¿Quién le debe a quién? ¿Don Jorge le debe al Estado o al revés?
En 1971, en medio del rodaje de la película El coraje del pueblo, los tanques del general Banzer rodearon la ciudad y don Jorge tuvo que salir del país. (La dictadura amaba los medios de comunicación, por lo que no clausuró ni un solo periódico, ni en La Paz ni en Santa Cruz).
Después de 180 años de apremios y ayunos, salió a la luz La nación clandestina (1989), película en la que pudimos ver nítida el alma y la música Para recibir el canto de los pájaros (1995), escuchamos los cánticos, vimos sonreír a Los hijos del último jardín (2004).
Todos amaban y respetaban a don Jorge, hasta que llegó Insurgentes, película que reúne hechos fundacionales de la historia del país: el cerco a La Paz (1781), la Guerra del Chaco, la Guerra Federal y la ‘guerra del agua’, entre otros. Insurgentes es la síntesis de su pensamiento, las naciones clandestinas que irrumpen, contundentes y definitivas en la historia de Bolivia. Entonces llegó el odio.
Fue el primero que supo ver en los ojos de las naciones y pueblos clandestinos el destino de luz que les aguardaba. Cuando los desprecios al hermano, a la hermana se habían naturalizado como el pan y el agua, don Jorge anunciaba solitario que pronto llegaría el día de los olvidados de la tierra.

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