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miércoles, 13 de abril de 2016

Sin hijos’ el cine en proyección: Maribel Verdú, mil veces madre en el cine

Maribel Verdú volvió a las pantallas de cine con una comedia argentina, Sin hijos, donde da vida a una mujer a la que los niños le parecen seres horribles que quitan la libertad: “Nada que ver conmigo”, asegura la madrileña, madre mil veces en el cine.

Sin hijos aborda una pregunta que Verdú, casada desde 1999 con Pedro Larrañaga, ha respondido infinidad de veces, aunque, como dice su personaje en la película, habría que saber “por qué no le hacen esa pregunta a ningún hombre”.

“A mí me encantan los niños, pero no para tenerlos; es una opción, no ninguna obligación solo por ser mujer”, aclara la actriz (Madrid, 1970) en una entrevista con Efe.

“He hecho (en el cine) de madre buena, de sufridora siempre y, de repente, me dan la madrastra de Blancanieves. Esta película es solo una casualidad: Vicky (su personaje) no tiene hijos, y yo tampoco”, comenta.

Vicky, secretamente enamorada de Gabriel (Diego Peretti) desde su adolescencia, se reencuentra con él por azar. ocho años después, ella le busca en Buenos Aires, y él, que se acaba de divorciar, se atreve a intentar una relación con ella.

No obstante, a Vicky no le gustan los niños, y Gabriel decide ocultar que es padre.

La actriz, ganadora de dos Goya, concede que “todos los personajes tienen siempre algo de uno (...), pero esta es una mujer libre, sin ataduras de ningún tipo, sin responsabilidad alguna”. “No tiene nada que ver conmigo o muy poco. No soy así para nada: me responsabilizo absolutamente con todo en mi vida, muy pragmática”. recalca.

Cualquiera en su lugar estaría harto de responder una y otra vez a la misma pregunta, pero Verdú lo hace sonriendo: “Cuando te gusta una película, aguantas todas esas cosas”.

Y sonríe también cuando se le recuerda que el director Ariel Winograd (Mi primera boda, 2011) la eligió, porque sabía de su forma de pensar.

“Y la verdad es que se lo agradezco porque desde La buena estrella me toca ser madre todo el rato, y esta peli en la que no lo soy me gusta. Y ha sido tan divertido rodar con Diego y con esa niña...”.

La niña es Guadalupe Manent, una debutante en el cine de nueve años a la que Winogard escogió entre seiscientas aspirantes tras verla cantar en el programa de Susana Giménez en Telefe, todo un ‘crack’, con sus ojos y uñas pintados a juego y mechas en el pelo, que deja a Verdú sin palabras.

“Esta niña no es una niña normal -afirma abriendo mucho sus expresivos ojos negros-, es todo un personaje: la gente, cuando vea esta película, no va a dar crédito. No se puede ni explicar. Hay que verla”.

El galán atípico que es Peretti (Verdú se ríe al recordar el montón de besos que le da en la película sorteando la enorme nariz del argentino para afirmar de inmediato que ella prefiere “el caballo grande” y que no hubo problema) achaca el desconcierto de su personaje a un momento depresivo.

EFE

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