Bolivia, julio 2024.- Ya está en los cines del país “El Club de los Vándalos” (The Bikeriders), una espectacular película de crimen y suspenso de 116 excitantes minutos, escrita y dirigida por Jeff Nichols (Loving, Take Shelter).
“El Club de los Vándalos narra los orígenes de la banda ficticia de motociclistas Los Vándalos a través de los ojos de sus miembros fundadores. Inspirada en el prestigioso libro de 1968 del fotoperiodista Danny Lyon, escrito a lo largo de los cuatro años que pasó como miembro del Club de Motociclistas Chicago Outlaws, la película explora de primera mano cómo un grupo de forasteros amantes de la velocidad se transforma en una temible banda criminal que traiciona su espíritu original de vivir y dejar vivir en una época de tumultuosos cambios políticos, económicos y sociales en Estados Unidos.”, comentó Sandra Cortez, gerente de marketing de Andes Films, distribuidora de la cinta en Bolivia.
Previo a su estreno, la estridente película tuvo su avant premier en Cinemark de la capital cruceña, función a la que asistieron en caravana clubes de motociclistas, influencers amantes de las dos ruedas y periodistas especializados, entre ellos Antonio Terrazas, quien mencionó que, si eres biker de la vieja o de la nueva escuela, “El Club de Los Vándalos” es tu película.
“La cinta ofrece una visión intrigante y enérgica de lo que es la cultura biker, aunque con ciertas aspectos y licencias dramáticas que alejan la narrativa de la realidad cotidiana de los motociclistas del mundo de hoy. La trama se centra en un grupo de bikers que va creciendo con filiales en todo el país, al punto de llegar a no conocerse entre ellos. Este grupo de motociclistas buscan redimir sus errores del pasado a través de la hermandad y la lealtad de aquellos tiempos donde la palabra lo era todo. Elementos esenciales en la cultura motociclista, algo así como los mosqueteros, uno para todos y todos para uno”, describe Terrazas, acotando que, el guion aborda temas de redención y lealtad, esta última palabra que hoy por hoy se ha desvanecido casi por completo.
“El sentido de comunidad son pilares fundamentales en el mundo biker, pero esta película muestra sin tabúes los aspectos de violencia y la ilegalidad asociada a los clubes de motociclistas de los años 60, perpetuando ciertos estereotipos de salvajismo y poca cordura en algunas decisiones…En términos de autenticidad, los personajes principales capturan bien la esencia de un club de motociclistas: la camaradería y el espíritu de libertad son palpables, aunque los conflictos internos y externos están dramatizados”, añade el cinéfilo, destacando también la banda sonora, compuesta principalmente de música rock y heavy metal, que complementa perfectamente la atmósfera rebelde y enérgica de la película.
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