De Andrew Stanton, realizador galardonado con el premio, la cinta John Carter: Entre dos Mundos, es una aventura de acción espectacular, ambientada en el misterioso y exótico planeta Barsoom (Marte). John Carter está basada en una clásica novela de Edgar Rice Burroughs, cuyas imaginativas aventuras sirvieron -y sirven hasta hoy- de inspiración para muchos cineastas.
LA PRODUCCIÓN
La filmación de John Carter: Entre dos Mundos comenzó en el Reino Unido el 4 de enero de 2010. Con el creciente interés del público y la especulación de múltiples sitios de fanáticos ante cada movimiento de la producción, la mayor parte del trabajo de rodaje en estudios (junto con las secuencias exteriores ambientadas en la Tierra) se filmaron en los estudios Shepperton, en Londres, y en los estudios Longcross de Chelburn, durante un cuatrimestre.
A finales de abril, la producción se había ya mudado a Utah para unas 12 semanas adicionales de rodaje, con locaciones en Moab, Lake Powell, en salinas, Hanksville (donde la agencia aeroespacial NASA ha probado vehículos robot) y Big Water, una gran plataforma de arenisca granulada ubicada en las cercanías de una estructura rocosa rojiza que bordea el monumento Grand Staircase National.
Si bien John Carter: Entre dos Mundos iba a reunir una proporción de efectos visuales, los cineastas quisieron utilizar locaciones reales y paisajes para registrar la acción. De todas formas, en el set, la mezcla de la realización tradicional y de la magia generada por computadora se eleva a una forma artística en la medida en que Stanton y su equipo de producción dan vida a la historia.
EL DISEÑO DE LA PRODUCCIÓN
Para el diseñador de producción, Nathan Crowley, crear la apariencia de tres culturas diferentes para la película fue el punto de partida del proceso de su tarea. “Tenemos tres culturas centrales en Barsoom: Zodanga, Helium y la cultura Thark. Por eso necesitábamos también tres diferentes clases de arquitectura. Por ejemplo, creé la que bauticé como ‘modernismo antiguo’ a escala gigante para las criaturas Thark. Es como si la arquitectura modernista de la década del 60 hubiese podido trasladarse a otros mundos, pero con edificios destrozados que reflejan el aspecto de las ciudades en ruinas. Esa idea se desarrolló luego de que encontrásemos nuestras locaciones reales, porque yo quería que el paisaje natural formara parte de la arquitectura”.
EL VESTUARIO
La mayor inspiración de la diseñadora de vestuario, Mayes Rubeo, fue el director de John Carter, Andrew Stanton. Rubeo explica: “¡La visión de Andrew viene directamente de Barsoom! Es como si él hubiera visitado ese lugar, así que todos intentamos sacar la mayor cantidad posible de detalles de su cabeza. Ha sido un colaborador maravilloso porque es un auténtico visionario y entiende la importancia de todo lo que hago”.
Trabajar en una película del género fantástico le concedió a Mayes una gran libertad artística. “Quería representar una apariencia antigua pero siempre dentro de un filme de ciencia ficción; esta visión nació hace 100 años de la mano de Burroughs. Debía ser fantástica, llena de imaginación y color. La forma en la que las criaturas de Barsoom llevan sus accesorios, tocados y los elementos de sus trajes tienen un impacto importante en el film y contribuye a diferenciar a la gente de estas dos ciudades. Investigué mucho y así ideamos un aspecto sustancial para las tribus que es, a la vez, efectivo y dramático”.
Junto con el vestuario, el proceso de dar vida a los personajes recayó sobre el director y los actores, apoyados por la habilidad de los maestros de efectos visuales y los maquilladores, que los proveyeron de características tribales individuales.
Para Taylor Kitsch y Lynn Collins, quienes aparecen en la pantalla con forma humana, el proceso es muy directo pero físicamente arduo.
“Es el papel más ‘físico’ que he interpretado”, dice Kitsch acerca de John Carter, su heroico personaje, quien ha sido liberado de las limitaciones de la gravedad de la Tierra. “Los saltos, las escenas de riesgo, el entrenamiento para el uso de la espada... ¡En fin! En prácticamente todas mis escenas en Marte estoy atado a unos cables”, señala.
“Nos colgaban de cables todo el tiempo”, coincide Lynn Collins, cuyo personaje tiene notables cualidades de princesa que son ciertamente igualadas por sus habilidades como guerrera. “Después de esta película creo que mi miedo a las alturas ha sido aniquilado por completo”.
Para los actores que interpretan a los personajes de la cultura “Thark”, sin embargo, el proceso fue aún más complejo. En la pantalla, el Tars Tarka que encarna Willem Dafoe, por ejemplo, aparecerá como un extraterrestre de 9 pies de altura (casi 3 metros), con cuatro brazos, que se eleva por sobre John Carter. En el set, Dafoe replicó la altura de su personaje actuando con zancos. Su cuerpo fue cubierto con un ajustado traje gris con puntos negros, que funcionaban como referencia para los animadores que recrearían sus movimientos digitalmente durante el proceso de post producción. De forma similar, su rostro también fue cubierto con puntos negros mientras dos cámaras, suspendidas en un casco, grababan sus movimientos faciales.
El director, Andrew Stanton, está entusiasmado de ser el responsable de una historia jamás contada y de ese mundo cinematográfico nunca antes visto, y espera replicar la excitación que lo cautivó a él cuando era niño. “Mi objetivo es poder creerlo”, afirma. “Creer que realmente esto sucede allí en la galaxia. Esa misma sensación que tienes cuando lees un buen libro fantástico... ¿Cómo sería si...?”.
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