Welles rodó entre 1970 y 1976, a intervalos y de forma caótica, un proyecto muy personal que fracasó por falta de fondos, que se centraba en la figura de un legendario director venido a menos después de mudarse a Europa que decide regresar a Hollywood para revivir su carrera.
El material rodado ha permanecido oculto desde el fallecimiento de Welles, bajo la custodia de su hija y única heredera, Beatrice, quien comparte los derechos de explotación con la actriz Oja Kodar. A pesar de varios intentos por sacar a la luz el material, la falta de acuerdo entre las partes hizo imposible la finalización del filme hasta que los productores Frank Marshall y Filip Jan Rymsza, lograron desbloquear la situación
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