Su último filme, Blue Jasmine, llega ahora a las pantallas estadounidenses como una oda a la reflexión, una fábula moral dedicada a ese momento de constricción, al arrepentimiento por lo que se hizo o quizá por lo que no se hizo que todo el mundo vive en algún punto de su vida. Y como el director, guionista, y sobre todo autor, aunque cada vez menos actor, reconoció a 'El País' de España, durante el rodaje de la película, de autocrítica y autoanálisis, que él sabe mucho. Porque, como dijo en un momento de sinceridad: “Yo nunca volví a empezar. Caí en picado y a partir de ese momento ya nunca volví a enderezarme”.
Amante de las filmaciones en exteriores, es la primera película en una larga temporada con la que Allen regresa a Estados Unidos.
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