“Siempre quise hacer una película que abordase el horroroso pasado de esclavitud de EEUU, pero no quería hacer una película histórica, sino envolver la Historia en un género”, dijo a la prensa el oscarizado director, productor, guionista y actor durante la presentación del filme en Nueva York.
La conferencia se producía el fin de semana después de que Adam Lanza cometiera en una escuela primaria de Newtown (Connecticut) una de las peores masacres jamás perpetradas en este país, por lo que no se hicieron esperar las preguntas sobre la posible influencia de la violencia en el cine en este tipo de dramas.
“Las tragedias ocurren”, respondió Tarantino, quien se reconoció estar “cansado” de defender sus filmes cada vez que ocurren sucesos como éste, que llevó a cancelar el preestreno y la alfombra roja de la película en Los Ángeles, donde finalmente sólo se proyectó para los actores y sus familiares.
Al más puro estilo Tarantino, “Django Unchained” (Django desencadenado) se vale de unas elevadas dosis de sangre y violencia para narrar uno de los capítulos más oscuros de la historia de Estados Unidos, un país que a juicio del realizador “realmente no quiere mirar” hacia ese pasado.
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