Como ya ocurriera con la primera entrega de Los Mercenarios, Barney Ross (Stallone) y sus hombres integran una banda de asesinos a sueldo que trabaja a las órdenes de Church (Bruce Willis). Este les encarga una misión en principio sencilla para estos matones, pero que se verá truncada con el asesinato de uno de ellos, convirtiéndola en un asunto muy personal.
Los Mercenarios 2, que llegará a las pantallas el 23 de agosto, hará las delicias de los aficionados al género porque “hay más explosiones, más muertes, más violencia y más chistes” que en la anterior, aseguró Lundgren. Tanto es así que veremos, entre otras muchas peleas, la que enfrentará a Stallone y su archienemigo en esta ocasión, Van Damme. Precisamente la del líder de esta banda de asesinos fue ayer la gran ausencia en la capital: “Sin Stallone no es lo mismo”, reconoció Van Damme. El estadounidense, que dirigió la primera parte, le ha cedido en esta ocasión el sitio a Simon West (The Mechanic) porque “necesitaba un respiro”, aseguró Lundgren. Aunque “siempre está ahí, dando consejos o dirigiendo”, añadió el sueco; y es que, al fin y al cabo, fue él “quien creó la historia”.
Recelosos de hablar del tema, lo cierto es que el reciente fallecimiento de su hijo mayor, Sage, tiene a Stallone alejado de los focos. Sólo Lundgren se ha atrevido a hacer una breve referencia al delicado asunto, con un comedido “entiendo que no esté aquí”. Al que veremos de nuevo a las órdenes de Stallone en un proyecto distinto es a Jason Statham en Homefront, cuyo rodaje comenzará en octubre y en la que también estará James Franco.
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