La fiscalía hizo el anuncio en una breve vista en la que estaba presente el acusado, que según los testigos solo abrió la boca para renunciar a su derecho a celebrar otra visita judicial en los próximos 35 días. Holmes escuchó los cargos sin aspavientos y con actitud impávida y no hizo ningún gesto cuando el juez le recordó que la matanza podría granjearle la pena de muerte.
Todos dan por hecho que los abogados de Holmes intentarán acreditar su locura para salvarlo de la ejecución.
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