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lunes, 26 de junio de 2017

Guardianes de la Bahía Salva como puedas

Tiremos de tópicos: hay un par de noticias sobre el reboot de Guardianes de la Bahía. Una buena y otra mala. Empecemos por la primera: es mejor que cualquier episodio de la serie. ¿Cuál es la mala? Pues que, a pesar de eso, sigue siendo una película justita. Ahora bien, la operación de convertirla casi en un spoof le ha sentado de maravilla.

Y es que no había otra forma de acercarse al proyecto. El material original es hortera y poco lucido sí -poco había que rascar ahí-, pero al mismo tiempo divertido, ya que el paso del tiempo ha convertido la serie en una leyenda pop y en un goce cercano al trash involuntario.

Ahí es donde se han arrimado los guionistas. La apuesta de Guardianes de la Bahía es tan claramente paródica y pasada de vueltas-el título del filme que aparece con letras gigantes y delfines en los primeros compases deja claro el tono-, que apenas bordea el peligroso terreno de la vergüenza ajena. Y ojo, eso es un pequeño triunfo a tener en cuenta.

En sus mejores momentos, la cinta de Seth Gordon no solo satiriza la serie original con referencias constantes casi de espíritu meta -el running gag de la cámara lenta que acompaña a las socorristas más bellas-, algo que hace también, lo del humor meta, con dos de sus actores protagonistas, Zac Efron y Dwayne Johnson, y resultados tronchantes, sino que también se mira en las comedias juveniles soeces de los ochenta que hacían bandera de la incorrección política y del humor escatológico. Títulos como Porky´s y Los rompecocos son referenciados aquí de forma festiva.

Guardianes de la Bahía también se mira en títulos modernos del subgénero como American Pie o la más que reivindicable Juerga de solteros. Sus dos mejores gags, el de la erección de Jon Bass (gran descubrimiento cómico) y el de la morgue con Efron hurgando en el escroto de un muerto mientras Johnson le saca una foto con el móvil -memorable-, son dignos de los clásicos del caca-culo-pedo-pis que homenajea.

Los problemas de este reboot saltan a la vista: la trama criminal, algo por otro lado fiel a la serie original, su duración, y que los cameos de David Hasselhoff y Pamela Anderson son algo deslucidos. Pero ojo, la falta de pretensiones de la película es evidente -solo se trata de echar unas risas y lo consigue -, y eso hace que la cosa funcione como un entretenimiento de verano la mar de resultón para todos aquellos que amen las comedias con chispa y un punto grosero.

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